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'Nos gasean. Esperamos que no sea como en el 'Kursk'

'Nos están gaseando. Todos estamos sentados en el auditorio. Pedimos que no nos echen gases', imploró una mujer que en medio del asalto tuvo arrestos para llamar por su móvil a una emisora de radio. 'Esperamos que no ocurra como con el Kursk', añadió en referencia al desastre del submarino en el que murieron 118 marineros y antes de pasar el teléfono a su amiga Anya, quien pidió al entrevistadore que intentara frenar la operación.

Anya: 'Nos da la impresión de que los rusos han iniciado algo. Por favor, dennos una oportunidad. ¡Haga algo si puede, por favor!'

Presentador: 'Lo estamos intentando. ¿Podría explicar que siente, de qué gas se trata?

Anya: 'No sé qué gas es, pero veo reacciones. [Los secuestradores] quieren nuestras muertes, y nuestros oficiales no quieren que ninguno salgamos vivos'.

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Las fuerzas especiales agujerearon con explosivos una pared del teatro y bombearon un potente gas somnífero o incapacitante para adormecer a los rebeldes. La medida creó pánico entre los secuestrados, a los que causó desmayos, mareos y vómitos. Muchos de los supervivientes del asalto estaban siendo tratados anoche de envenenamiento por gas. Sin embargo, nadie parecía conocer qué producto químico se había utilizado.

Los médicos de un hospital de Moscú dijeron que 42 personas se encontraban graves tras ser tratadas de envenenamiento por una sustancia desconocida.

'Hemos admitido a 42 personas. Su situación es grave. Todos han resultado envenenados con un gas desconocido, un veneno desconocido', declaró Vladímir Ryabinin, un médico del principal centro sanitario de emergencias, el Sklifosovsky.

'Los dos rehenes alemanes están aparentemente ilesos, pero aún se encuentran bajo el impacto de algo que definitivamente podría ser un gas. Están mareados', manifestó, por su parte, el embajador alemán en Moscú, Hans-Friedrich von Plötz.

Testigos presenciales relataron que muchos de los rehenes salieron del edificio inconscientes e inertes en brazos de agentes de la policía.

'Vi que sacaban a unas sesenta personas. No se movían, pero tampoco tenían heridas en sus cuerpos', manifestó un fotógrafo de la agencia Reuters.

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