Giddens defiende un individuo activo y escéptico
'Vivimos una época de auge del individualismo. Cada cual puede construir y reconstruir su vida, incluso rompiendo muchas veces con las tradiciones heredadas -ahí está el papel de las mujeres, por ejemplo-. Somos más activos y también más escépticos. Ya no existe ese afán por identificarse con una posición, sea de derechas o de izquierdas, sino que más bien el individuo se interroga e interroga las opciones que le ofrecen los distintos partidos'. Con esa rotundidad se expresó ayer en Oviedo Anthony Giddens, nacido en 1938 en el Reino Unido, considerado uno de los grandes gurús de la llamada 'tercera vía' y premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales.
La rueda de prensa que ofreció fue breve pero intensa. Giddens fue una auténtica ametralladora al contestar las preguntas. 'No me interesa la posmodernidad', dijo, 'porque pone en cuestión la existencia de grandes sistemas filosóficos para orientarnos en el mundo. Yo creo, sin embargo, que las teorías generales son necesarias'. 'El gran fenómeno es, desde luego, la globalización, pero no tiene sentido demonizarlo. Tiene peligros, pero también numerosos aspectos positivos. Entre sus caras oscuras, la más peligrosa es la de los fundamentalismos -religiosos, étnicos, nacionalistas-, que consideran que sólo existe una vida posible, la que cada uno de ellos defiende. Frente a su radicalidad, está la opción de crear una sociedad más cosmopolita, y en la que la interdependencia cada vez mayor entre los distintos países exige nuevas formas de colaboración'.
'Las nuevas guerras ya no tienen nada que ver con las antiguas; ya no se pelea por conquistar territorios'. 'Creo que la Administración de Bush entrará finalmente en razón y se podrá evitar la guerra con Irak'. 'Los grupos antiglobalizadores, aunque defiendan cosas distintas, tienen puntos en común con la extrema derecha: su defensa del Estado nacional, de los sistemas de protección agrarios, su afán de culpar a las multinacionales'. 'La izquierda democrática debe esforzarse por hacer análisis más sofisticados de la política actual y menos demagógicos'. 'Brasil, con Lula, tiene la posibilidad de asumir un proceso de auténtica modernización democrática'. 'Hay que hablar de migraciones, hacia dentro y hacia fuera de cada país, y distinguir la enorme variedad de movimientos de población: la gente con formación especializada no desencadena los conflictos que surgen cuando la población que inmigra carece de formación'.
De un tema a otro, Anthony Giddens transitó por la enorme variedad de desafíos y problemas de la sociedad contemporánea. A todo contestó con brillantez, y defendiendo los mismos grandes argumentos: más libertad, más democracia, más colaboración.
Babelia
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