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EL DEBATE DE LAS CUENTAS DEL ESTADO

El Gobierno prepara represalias por la intervención sorpresa de Zapatero

El PP rechaza el 'juicio' a las privatizaciones y la 'desleal estrategia' parlamentaria del PSOE

El 'engaño' del líder socialista José Luis Rodríguez Zapatero en el debate de los Presupuestos ha sido la gota que ha colmado la paciencia del Gobierno en su relación con el PSOE. La 'desleal estrategia parlamentaria' que, según el PP, mantienen los socialistas tendrá en breve una 'dura respuesta' también en el Congreso. 'Han roto las reglas del juego', subrayan, sin ocultar su enfado, desde el partido del Gobierno. Y esa 'burla' tendrá pronto su reflejo en una actitud 'mucho menos flexible' por parte del grupo mayoritario en la interpretación de lo que se puede hacer en el Parlamento.

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Un golpe de efecto pensado hasta el último detalle

Si los socialistas pretendían dar una sorpresa al Partido Popular y al Gobierno con la irrupción de su secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero, en el debate de Presupuestos lo han conseguido. Pero no sólo eso. El enfado y la irritación en el Gobierno y en el PP por el 'teatro' y el 'circo' del líder socialista es muy notable y ha acelerado y endurecido la estrategia que la mayoría ya había meditado para hacer frente a la 'desleal estrategia' de oposición que el PSOE viene haciendo desde la pasada primavera. Falta por tomar la decisión al más alto nivel en el Gobierno, el partido y el Grupo Parlamentario, pero el sentir general es que 'el PSOE debe saber que no puede romper las reglas del juego y que eso les salga gratis'.

El martes fue un día aciago para el partido del Gobierno. Arrancó con una reunión de la Mesa del Congreso destinada a enmendar una decisión de la propia Mesa hace cinco años, cuando rechazó tramitar la comparecencia del entonces presidente de Telefónica, Juan Villalonga. El PSOE ha decidido aprovechar la sentencia del Tribunal Constitucional que le ha dado amparo por aquella decisión para reclamar lo que el Partido Popular califica como un 'proceso general a las privatizaciones'.

El anuncio del PSOE de 'agotar todas las vías' para que presidentes y ex presidentes de empresas privatizadas desde 1996 ha irritado sobremanera al PP y al Gobierno. Desde el partido mayoritario se subraya que el PSOE sólo quiere 'hacer ruido poniéndolo todo en solfa' cuando abandonó 'irresponsablemente' la subcomisión que estudió tales privatizaciones, y que votó sus conclusiones en julio. Además, ya ha anunciado que no va a participar en otra subcomisión que acaba de crearse. El PSOE replica que se fue al considerar que la subcomisión es una 'vía muerta' porque la mayoría les negaba el acceso a documentos importantes y muchas comparecencias.

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Con este ánimo levantisco por parte del PSOE, se celebró también el martes una Junta de Portavoces tormentosa en la que el enfrentamiento llegó al punto de que no se pudo elaborar el orden del día con los asuntos que el Congreso discutirá la próxima semana. El Reglamento prevé que si hay una iniciativa que aún no está concluida (y tal era el caso de la Ley de Calidad de la Educación que el Gobierno ha decidido que se discuta sin falta en el Pleno del jueves próximo) el orden del día debe aprobarse por unanimidad. Los socialistas se negaron a incluir el debate en el pleno de esa ley orgánica con el argumento de que no tendrán tiempo, entre hoy y mañana, de estudiar las 1.600 enmiendas presentadas. No hay orden del día y, salvo que se reúna una Junta de Portavoces extraordinaria este sábado, el próximo martes seguirá sin haberlo. Ése será el momento en el que el Gobierno aplique el Reglamento e impida la celebración, por la tarde en pleno, de las iniciativas parlamentarias de la oposición.

Con ese ambiente llegó la tarde y 'el teatro de Zapatero'. Fuentes del Gobierno interpretan que 'no dijo que iba a defender los Presupuestos por miedo a que su interlocutor fuera el vicepresidente económico Rodrigo Rato'. Rodríguez Zapatero, sin embargo, nunca pensó que Rato pudiera salir, aunque si barajó la posibilidad de que fuera el presidente del Gobierno, José María Aznar, quien subiera a la tribuna.

El portavoz socialista, Jesús Caldera, y el portavoz de CiU, Xavier Trias (izquierda), ayer en el Congreso.
El portavoz socialista, Jesús Caldera, y el portavoz de CiU, Xavier Trias (izquierda), ayer en el Congreso.ULY MARTÍN

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