A la Familia Política

Leo atónito las diversas propuestas que los partidos democráticos de la Cámara Vasca han realizado a efecto de que las víctimas del terrorismo 'sean sacadas del olvido y resarcidas moralmente'.

Asimismo para que el Gobierno Vasco se persone como acusación particular y acompañe (y respalde, añado yo) a los familiares en los procesos judiciales.

Ante tal dechado de buenas intenciones, lacrimosos los ojos, escribo emocionado y agradecido por estas resoluciones, como así lo estarán también mi padre y todas las demás víctimas...¡ay! Un 'pero':

¿Dónde se encontraban estas mismas fuerzas políticas el 17 de junio de este mismo año, día en que fueron juzgados los presuntos asesinos de mi padre? ¿Dónde los mismos políticos que acuden corporativamente a ciertos homenajes y juicios?

Ni mi madre ni yo pudimos verlos ese día en la Audiencia Nacional, donde fuimos emplazados por la prensa, sólo gracias a la cual nos fue posible conocer fecha, lugar y hora del Auto.

¿Dónde estaban el último 8 de mayo a las 7 de la tarde?

Tampoco les vi. Prefiero pensar en escasa afición a la lectura que en dejadez.

Pero como bien dice el refrán; 'nunca es tarde si la dicha es buena', y desde la comprensión y solidaridad hacia las víctimas del terrorismo espero que ninguna más sienta las punzadas del desamparo.

Deseo un buen acuerdo, consensuado, real y eficaz que 'saque', o mejor aún, rescate del injusto olvido a todas las personas que, al menos en el dolor, nos sentimos hermanadas.