José Antonio Millán presenta un ciclo sobre la memoria y la cultura
Filósofos, escritores y científicos debaten sobre los procesos que permiten gestionar los recuerdos
Sin memoria no existe cultura. Es un registro hacia el pasado y un trampolín hacia el futuro. Bajo estas premisas, el profesor y filólogo José Antonio Millán inauguró ayer en la Residencia de Estudiantes de Madrid un ciclo sobre la memoria, en el que se abordará ésta desde la filosofía, la literatura, la ciencia o la tecnología. A lo largo de tres días, distintos ponentes intentarán demostrar cómo la memoria está en la base de los procesos que conforman la vida y su necesidad en la formación de las personas.
'La memoria es el terreno común en el que confluyen estrategias de las especies, de las sociedades y de los individuos: ninguno de ellos existe sin ese registro de lo pasado y trampolín hacia lo que ha de venir', dijo ayer José Antonio Millán en la presentación del ciclo La memoria. En estas jornadas se van a abordar aspectos como 'qué soportes neuronales y moleculares permiten gestionar los recuerdos; cómo está la memoria en la base de los procesos que conforman la vida; los intentos de siglos pasados por crear instrumentos para la captura del saber; cómo se reconstruye el pasado desde el testimonio literario; la forma en que el poder moldea las memorias de las sociedades o cómo se ha creado la mayor memoria compartida del mundo, la web. En los debates participan Ignacio Gómez de Liaño, Ignacio Morgado-Bernal, Carlos Rey Marcos, Javier Candeira, Antonio García Bellido, Juan Sisino Pérez Garzón, Fernando Bouza, Dulce Chacón y Mariano Iceta. Serán nueve ponentes que proceden de las humanidades, la literatura, la ciencia y la tecnología.
El profesor de Estética y Teoría de las Artes de la Universidad Complutense de Madrid, Gómez de Liaño, investigador del mundo de la memoria y autor de libros como El idioma de la imaginación (1983), Paisajes del placer y de la culpa (1990), El círculo de la sabiduría (1998) o Iluminaciones filosóficas (2001), debatió con el catedrático de Psicobiología, Ignacio Morgado Bernal y el informático, Carlos Rey Marcos.
Gómez de Liaño se refirió al aprendizaje y la memoria como 'dos procesos cerebrales estrechamente ligados que originan cambios en el comportamiento de los organismos'. Dijo que la memoria interfiere en todos los aspectos de la vida y que 'sin memoria no existe pensamiento'. Además, añadió que es la memoria la que 'reúne informaciones procedentes del exterior y con ellas se va construyendo la persona'. 'El ser humano', según Gómez de Liaño, 'no puede formarse a sí mismo tan sólo con las luces de la razón, sino que se necesita también la educación de los sentimientos y de la imaginación'. Gómez de Liaño habló de cómo el principio de la sabiduría estaba para los filósofos griegos y para poetas como Hesiodo o Pindaro en la memoria, y se refirió a las técnicas de meditación basadas en la memoria que desarrollaron los pitagóricos y de otros instrumentos que ha utilizado el hombre a lo largo de la historia para capturar el saber.
En la jornada de hoy el debate estará protagonizado por el fundador de la web Barrapunto, Javier Candeira; el profesor de investigación del CSIC, Antonio García Bellido, y el historiador Juan Sisino Pérez Garzón.
El ciclo de conferencias finalizará con las intervenciones de la escritora Dulce Chacón, autora de La voz dormida; el historiador Fernando Bouza y el psiquiatra y psicoanalista Mariano de Iceta.
La escritora Dulce Chacón dijo ayer durante la presentación del ciclo que su conferencia abordará el tema de la memoria como material para la ficción y la ficción como constructora de la memoria colectiva. Para escribir su última novela, La voz dormida, la autora recogió testimonios dramáticos de mujeres republicanas vividos durante la Guerra Civil. Chacón aseguró que la fantasía o la ficción se construyen a partir de historias verdaderas. La escritora tiene previsto hablar de los testimonios que fue recogiendo por los pueblos de España para documentar su trabajo. Chacón mantiene que 'el conflicto de las dos Españas no ha terminado y que terminará cuando pueda hablarse del conflicto. Terminará cuando no haya ni una sola persona que necesite bajar la voz para contar su historia. Los que perdieron la guerra fueron condenados al silencio, impuesto por la dictadura y consensuado por la democracia. Y esa condena conserva aún el eco del miedo a hablar'.
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