El imperio de la dehesa
Más de 400.000 hectáreas de Sierra Morena quedan amparadas por la Unesco
Desde 1971 la red mundial de reservas de la biosfera, creada por iniciativa del Programa Hombre y Biosfera (MAB) de la Unesco, trata de reunir un completo muestrario de los ecosistemas más representativos del planeta. Espacios sobresalientes en donde puedan estudiarse las interacciones entre el hombre y el medio ambiente, acudiendo a diferentes situaciones bioclimáticas y geográficas.
La red cuenta en la actualidad con 391 reservas en 94 países, abarcando todos los escenarios naturales imaginables: desde las zonas polares a las tropicales, de las áreas insulares y costeras a las de alta montaña, y desde regiones escasamente pobladas hasta territorios con una elevada densidad de población. Sin embargo, en este extenso catálogo no estaba representada la dehesa, aun cuando este tipo de bosque transformado es una de las señas de identidad de la Península Ibérica, en donde ocupa más de cinco millones de hectáreas.
En Andalucía, las dehesas se extienden sobre una superficie de unas 780.000 hectáreas, localizándose la mayor parte de ellas a lo largo de Sierra Morena y las sierras gaditanas, aunque, de forma esporádica, también aparecen en las sierras Subbéticas e, incluso, en la campiña.
Por iniciativa del Comité Andaluz de Reservas de la Biosfera, la Unesco ha estudiado a lo largo de este año la propuesta de declaración de una nueva reserva en esta comunidad, dedicada, precisamente, a las dehesas de Sierra Morena. En los primeros días de noviembre se producirá, en París, la declaración oficial del nuevo espacio, que abarca 424.000 hectáreas, repartidas entre las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz.
En realidad, la reserva que ahora se incorpora a las siete ya declaradas en Andalucía es la suma de los tres parques naturales que en la actualidad cubren el norte de Huelva (Sierra de Aracena y Picos de Aroche), Sevilla (Sierra Norte) y Córdoba (Sierra de Hornachuelos), con el añadido de algunas fincas singulares que hasta ahora no contaban con protección y que aportan unas 8.000 hectáreas al cómputo total.
Recursos naturales
Más de 90.000 personas viven en el interior del espacio que pasará a estar tutelado por la Unesco, población repartida entre 44 municipios. La estructura económica sigue apoyándose en el aprovechamiento, más o menos tradicional, de los recursos naturales. Las explotaciones ganaderas, y en particular las de cerdo ibérico, ligadas a la propia conservación de las dehesas, constituyen el eje de las actividades económicas, lo que ofrece buenas posibilidades para aplicar modelos de desarrollo sostenible, uno de los objetivos que marca el programa MAB.
Este tipo de ecosistemas ofrecen, además, una amplia gama de producciones asociadas, características de un sistema agro-forestal único en Europa. Junto con el ganado, la agricultura y la caza, las dehesas ofrecen leña, carbón vegetal, hongos, plantas aromáticas y medicinales, miel y otros muchos productos naturales capaces de generar ingresos complementarios en áreas marginales.
El soporte vegetal de estos territorios presta, asimismo, cobijo a un buen número de especies amenazadas y protegidas, como el lince, el lobo, el águila imperial o el buitre negro. La presencia de estos animales es, además, un buen indicador de la calidad ambiental de este territorio serrano.
Lo cierto es que los aprovechamientos clásicos alcanzan una rentabilidad no muy brillante. Pero, al mismo tiempo, el manejo sostenible de todos estos recursos es indispensable para mantener la calidad de los ecosistemas, evitar el despoblamiento y garantizar un adecuado nivel de vida a las poblaciones que viven ligadas a estos territorios. Las dehesas no son únicamente un modelo de bosque adaptado a las necesidades del hombre, son también un ámbito cultural y un entorno social que ha ido modelando durante siglos el paisaje, en el que se combinan los recursos naturales con el patrimonio cultural y etnológico.
La nueva reserva se convertirá en la más extensa de España y una de las mayores de Europa occidental. De esta manera, y al sumarse a las siete ya declaradas en la región, Andalucía seguirá ocupando el primer puesto, a escala estatal, en lo que se refiere a superficie amparada por una figura internacional. En total aporta a la red 1.014.000 hectáreas, distribuidas entre las dehesas de Sierra Morena, Doñana, Grazalema, marismas del Odiel, Sierra Nevada, sierra de las Nieves, Cabo de Gata y sierras de Cazorla, Segura y las Villas.
Comentarios y sugerencias a propósito de Crónica en verde pueden remitirse al e-mail: sandoval@arrakis.es
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