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La fiesta nacional reúne a los poderes del Estado y las comunidades

La crisis con Marruecos y el plan de Ibarretxe planean sobre los actos del 12 de octubre

La crisis con Marruecos y el plan soberanista del lehendakari, Juan José Ibarretxe, planearon sobre la recepción que ayer presidió el Rey Juan Carlos en el Palacio Real con motivo de la fiesta nacional. Acudieron los principales representantes de las instituciones del Estado, así como del cuerpo diplomático. Todos los comentarios se quedaron en los corrillos porque los representantes del Gobierno declinaron realizar declaraciones públicas.

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José María Aznar presidió la representación gubernamental de la que quedaron descolgados los ministros de Administraciones Públicas, Javier Arenas; de Exteriores, Ana Palacio, y de Educación, Pilar del Castillo. Acudió también una representación del Congreso de los Diputados, con su presidenta, Luisa Fernanda Rudi, al frente. Lo mismo sucedió con la representación del Senado, presidida por Esperanza Aguirre. En la comitiva de la Cámara Alta acudió el portavoz de la Entesa Catalana, Isidre Molas.

En la representación autonómica faltaron el lehendakari Ibarretxe, el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y el de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga. Las comunidades socialista y popular tuvieron abundante presencia con Manuel Chaves, de la Junta de Andalucía; Juan Carlos Rodríguez Ibarra, de la de Extremadura; Marcelino Iglesias, de Aragón. Asimismo, acudió el presidente de Navarra, Miguel Sanz; el de Cantabria, José Manuel M. Sieso y el de Ceuta, Juan Vivas.

Acudieron también los ex presidentes del Gobierno Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo-Sotelo.

El Poder Judicial estuvo representado por sus máximas instancias: Francisco Hernando, presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, así como Manuel Jiménez de Parga, presidente del Tribunal Constitucional. Asimismo, acudió a la recepción el presidente del Consejo de Estado, Íñigo Cavero.

La oposición estuvo representada por el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, que estuvo acompañado por el portavoz adjunto del PSOE en el Congreso. También acudió el defensor del Pueblo, Enrique Múgica. Entre la representación municipal destacó la presencia de la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, de Izquierda Unida; el alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, y de Vitoria, Alfonso Alonso, ambos del PP.

Entre la representación social cabe reseñar la presencia del rector de la Universidad del País Vasco, Manuel Montero, con otros rectores de universidad. Hubo también representaciones de segundo nivel en las organizaciones empresariales y sindicales. Sin embargo, hubo abundante presencia de ex ministros socialistas: Julián García Vargas, que fue titular de Defensa; Claudio Aranzadi, de Industria; Joaquín Almunia, de Trabajo, y Carmen Alborch, de Cultura.

También estuvieron ex ministros de UCD como Landelino Lavilla, de Justicia; Juan Antonio Ortega y Díez Ambrona, de Educación, entre otros.

Por la mañana, los Reyes y el resto de los integrantes de la familia real presidieron en la plaza de Colón de Madrid el desfile conmemorativo del día de la fiesta nacional, en el que participaron casi 5.000 militares, 246 vehículos terrestres y 86 aeronaves de los tres ejércitos. Don Juan Carlos y doña Sofía estuvieron acompañados del Gobieno en pleno, presidido por Aznar, las presidentas de las Cámaras legislativas y sus homólogos del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional. El líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, vio el desfile acompañado de los ex presidentes españoles Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo Sotelo y del ex mandatario colombiano Andrés Pastrana.

Varios miles de personas presenciaron el desfile en el paseo de la Castellana, en el que las agrupaciones más aplaudidas fueron la Guardia Civil, la Legión y las dos compañías del Mando de Operaciones Especiales que participaron el pasado mes de julio en el desalojo de los militares marroquíes que se habían asentado en el islote Perejil.

La seguridad en la zona estuvo garantizada por unos 2.000 efectivos policiales, un número algo superior al del año pasado, en el que un coche bomba colocado por ETA en la cercana calle de Alcántara para que explotara a la hora de comienzo del desfile, mediodía, estalló a medianoche en el aparcamiento situado bajo la plaza de Colón. Allí flameaba ayer la bandera española de casi 300 metros cuadrados, cuyo izado, al día siguiente de que el lehendakari, Juan José Ibarretxe, anunciara su proyecto de libre asociación de Euskadi, provocó una fuerte polémica.

RICARDO GUTIÉRREZ

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