En 10 años, la empresa ha multipliado por 44 su facturación Vendedores de conocimiento
Ingenia nació en 1992, cuando Internet empezaba a sonar y el Parque Tecnológico de Andalucía daba sus primeros pasos. Diez años después, la red de redes llega hasta los sitios más recónditos, el PTA crece sin parar y la empresa malagueña ha logrado consolidarse en el mundo de las nuevas tecnologías.
No hay más que mirar los datos. De una facturación de 140.000 euros en el primer ejercicio a 6,2 millones en el año 2001. Y de 14 trabajadores a una plantilla de 135.
'Vendemos conocimiento en tecnología para que sea útil al desarrollo empresarial', sintetiza el director general, José Blanco, cuando se le pregunta por la producción de la empresa. Para más detalles, Ingeniería e Integración Avanzadas (Ingenia) SA ofrece un amplio abanico de productos y servicios informáticos de alta cualificación. Desde mantenimiento de ordenadores para empresas, servicios avanzados de comunicación y diseño de páginas webs de alta calidad hasta teleformación, prestaciones de housing y hosting (alquiler de instalaciones para comunicaciones empresariales) y programas de software.
Ingenia fue la tercera empresa que se instaló en el PTA y de alguna manera contribuyó a su desarrollo ya que participó en en la creación del Centro Servidor Telemático del parque, una infraestructura que sirvió para conectar a las empresas de la tecnópolis entre sí y también con el exterior.
Sus responsables aclaran que tampoco Ingenia habría avanzado tanto de no haber existido el PTA. 'En el aspecto tecnológico, el parque es un auténtico motor', enfatiza Blanco.
En sus comienzos, la sociedad se instaló en el BIC Euronova, el edificio más emblemático de la tecnópolis. Por entonces, el 40% de su accionariado correspondía a Fujitsu, otro tanto al Instituto de Fomento Andaluz de la Junta (IFA) y el resto al Ayuntamiento de la capital, a través de Promálaga.
En 1999 vinieron los cambios. El IFA dio por cumplido su objetivo de crear y consolidar una empresa de tecnología puntera en la ciudad y vendió sus acciones a Unicaja. También fue año de traslado y la sede pasó al edificio de I+D.
Ahora que la sociedad conmemora sus 10 años, el director de marketing, Agustín Olías, se pregunta si han hecho algo excepcional que justifique la celebración. 'No hemos cambiado la faz de la tierra, pero hemos ayudado a que el tejido empresarial se modernice', dice con orgullo. A continuación, recuerda que los trabajadores de Ingenia fueron 'los que trajeron Internet a Málaga'.
La empresa fue además pionera en incorporar el e-learning (teleformación) a su cartera de servicios. Lo hizo hace cinco años, cuando todavía la capacitación por Internet era un concepto muy novedoso.
Pero cuando se hace balance no sólo se mira hacia atrás, sino también hacia adelante. En la actualidad, Ingenia 'vende' el grueso de su producción en España, salvo un 5% que coloca en Europa y un 2%, en Méjico. Uno de sus desafíos es abrir mercados en América Latina, empezando por Chile y Brasil. El objetivo es seguir el proceso de expansión iniciado hace un par de años hacia los países de habla hispana, aprovechando la ventaja que ofrece Internet de 'romper las distancias'.
Los beneficios de la empresa antes de impuestos rondan el 8% de la facturación. Para este año, la sociedad estima un crecimiento de alrededor de un 4%. Sus responsables hacen sumas algebraicas y concluyen que si el resto del sector calcula una bajada del 5%, se situarán nueve puntos por encima de la media, 'lo que ya es bastante si se tiene en cuenta que no estamos en un momento expansivo'.
En la actualidad, Ingenia cuenta con una delegación en Barcelona y grupos de trabajo en Madrid, Sevilla y Ronda (Málaga). Con tanto camino recorrido, sus directivos miran hacia atrás y evocan las adversidades: 'No teníamos experiencia de negocio, éramos técnicos y sin tiempo tuvimos que aterrizar en esta pista'.
Y también dan la receta de su éxito: una plantilla muy cualificada, la calidad del trabajo y el compromiso con los clientes. Blanco insiste en este último pilar: 'Nosotros no ofrecemos algo y nos vamos, sino que acompañamos en el uso de la tecnología'.
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