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Reportaje:

Zafarrancho de combate en la Bolsa

El inversor desea que, si hay guerra contra Irak, sea rápida y despeje pronto las incertidumbres

La amenaza de un conflicto armado contra Irak enrarece aún más el delicado momento económico, en medio de una recesión a escala mundial y una desconfianza generalizada hacia las empresas, tras la caída en desgracia de la contabilidad creativa y empeora las expectativas a corto plazo de los inversores en bolsa. La tensión ha provocado un retroceso de las cotizaciones bursátiles hasta los niveles de 1995.

El mercado espera una resolución rápida y limpia de la crisis, que limite el perjuicio a la Bolsa y la economía. En la guerra perderán los grandes bancos, las aseguradoras y las empresas turísticas. Ganarán las compañías de medios de comunicación. El momento de la economía mundial es muy delicado. Aún no existe la certeza de que Estados Unidos se haya restablecido de la crisis, en tanto las otras dos áreas empresariales más potentes del globo tampoco dan síntomas de haber abandonado la unidad de cuidados intensivos.

Los analistas aseguran que Bush se ha equivocado al plantear un conflicto en un momento de recesión mundial
La subida del precio del petróleo provocada por el clima prebélico amenaza con dinamitar la recuperación económica
La intensa evolución bajista de las últimas semanas se explica por el anuncio de un ataque con mes y medio de antelación... por lo menos
Los analistas recomiendan que las decisiones de inversión antes del posible conflicto sean de tipo 'defensivo', en activos a plazo fijo

La guerra con Irak, si finalmente se decide, llegaría en uno de los peores momentos para las empresas y los mercados de valores. 'A nivel económico, es una grave irresponsabilidad del presidente Bush', asegura Félix González Martín, director general de Gestión de Activos de Beta Capital MeesPierson. Uno de las razones que fundamentan esta crítica es que en el momento en que las empresas habían comenzado a mejorar sus márgenes, después de meses de caídas, la subida del precio del petróleo provocada por los nubarrones de conflicto armado amenaza con dinamitar la salida del túnel de la recesión. Y, por añadidura, hunde aún más unas cotizaciones muy castigadas por la falta de expectativas económicas.

El Servicio de Estudios de Caja Madrid coincide con este diagnóstico. Alerta sobre la gravedad de la coyuntura política. Considera que la apertura por parte de EEUU de un nuevo polo de conflicto en Irak sería una decisión 'que elevaría el riesgo político hasta niveles no vistos desde el final de la Guerra Fría, y pondría en jaque la incipiente reactivación'.

Lo mejor para el mercado

Los especialistas coinciden en que lo menos malo para la bolsa sería una resolución rápida y limpia del conflicto. 'Si el conflicto es relativamente corto y si descartamos escenarios diabólicos, como podría ser un dramático daño a los pozos petrolíferos por parte de Irak, podría impulsar una cierta recuperación del mercado bursátil', asegura Josep Palet, subdirector general de Sabadell Banca Privada.

Palet advierte que lo ideal sería que la resolución de la crisis fuera acompañada por buenos datos sobre el ciclo económico, tanto en Estados Unidos como en Europa. En los últimos dos años el índice Ibex 35 ha caído desde casi los 13.000 puntos hasta casi los 5.000 puntos.

La incertidumbre es la peor compañera de la Bolsa. 'No existe nada peor para los inversores que la duda sobre si se va a producir o no el conflicto y qué impacto va a tener en términos económicos', advierte Rafael Alonso, analista de Banca de Espirito Santo B&M. 'Además, esta vez hay demasiados factores en contra, como son la economía y la situación empresarial', concluye.

Una opinión con la que coincide el grueso de los analistas. 'Lo que parece claro es que no mejorará la sensación de seguridad de consumidores y empresarios si los focos de conflicto se multiplican. Más bien todo lo contrario', indica el Servicio de Estudios de Caja Madrid. Destaca el perjuicio para la renta disponible de los ciudadanos del alza del precio del petróleo y advierte que el conflicto 'puede dar el último empujón al ciclo económico hacia territorio negativo y hacer reaparecer las tensiones inflacionistas'.

Efectos de la guerra

La Bolsa está recogiendo ya los efectos de la guerra antes de que se produzca. Y las estrategias de los inversores están muy condicionadas por la proximidad de este conflicto. Los analistas consideran que la última racha bajista de los mercados está justificada después de que el presidente estadounidense anunciara su intención de atacar con un mes y medio de adelanto... por lo menos.

El estallido de la conflagración provocaría efectos negativos entre las empresas del sector turístico, ante el temor a atentados terroristas. Las compañías aéreas también serán castigadas, por el mismo motivo. Las aseguradoras también se verían afectadas en un primer momento. También saldrían damnificados los grandes valores bancarios. Los inversores, castigados en el mercado, se verían obligados a vender sus títulos.Entre los títulos beneficiados habría que incluir a las empresas relacionadas con el petróleo, porque los precios del crudo se dispararían. El consenso de los analistas atribuye, con carácter genérico, gananciasd a las compañías de medios de comunicación. El argumento es que aumentaría el consumo de de noticias, escritas o audiovisuales.

Compañías defensivas y refugio serían aquellas que tuvieran expectativas claras de ingresos o en las que la rentabilidad por dividendo fuera atractiva. Entre estas se encontrarían las de consumo básico, alimentación o farmacia. Los bancos con negocio tradicional y sin carteras de bolsa también se beneficiarán en un primer momento. Eso sí, siempre que carezcan de inversiones en Latinoamérica.

Las estrategias de inversión han de adoptarse incluso antes de que se produzcan las primeras acciones bélicas. 'No soy partidario de tomar posiciones al inicio del conflicto. En el preconflicto hay que escoger una actitud defensiva: meter el dinero en el banco que dé mayor rendimiento a plazo fijo constituye una buena táctica'.

El hecho claro es que un conflicto en Irak no traerá más que problemas. 'Ante una situación bélica, las incertidumbres aumentan de forma geométrica y con ellas se produce una paralela caída de las expectativas, que frena el comportamiento de los inversores y los consumidores', indica Francisco Villalba, director de Analistas Económicos de Andalucía, del Grupo Unicaja.

'Una situación de este tipo es mala en un momento en que la economía intenta consolidar su recuperación. Se produce un deterioro del clima de confianza y se aplazan las decisiones de inversión', asegura Félix González. El director general de Gestión de Activos de Beta Capital MeesPierson indica que 'en el caso de que se vaya a producir una invasión de Estados Unidos, lo mejor sería que se llevara a cabo ahora mismo o que se retrasara mucho, con el fin de que la economía pueda recuperarse'.

Temor a una contienda de desgaste

También existe el miedo a una contienda de larga duración. 'Un conflicto bélico de larga duración podría conllevar nuevos riesgos de desaceleración económica mundial, por el previsible aumento del precio del petróleo y por un retraso en las decisiones de inversión de las empresas, así como la desaceleración del consumo privado, sobre todo en EE UU, que representa el 40% del PIB mundial', indica Rafael Romero, director de la Sala de Bolsa de Unicaja, quien recuerda que el gasto militar conducirá al déficit público. El precio del petróleo registrará una espectacular subida durante la guerra, aunque después registrará el movimiento opuesto. Josep Palet, director general de Sabadell Banca Privada, estima que caerá a la banda entre los 10 y los 15 dólares. La agencia de valores Ibersecurities, del Grupo ActivoBank, advierte de las negativas consecuencias de un conflicto de duración larga, similares a las de un retraso, pero con menor intensidad. Se produciría un deterioro de la situación económica y el retraso de la recuperación, al tiempo que habría un mayor déficit público. En la Bolsa se incrementaría la prima de riesgo, habría caídas aún más notables y volatilidad de precios. El refugio serían los valores defensivos y de petróleo. Ibersecurities alerta también del perjuicio para economías emergentes y en los valores españoles expuestos a Latinoamérica.

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