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INVESTIGACIÓN

Los genomas del parásito y del mosquito de la malaria abren una nueva era en la lucha contra la enfermedad

Los científicos presentan conjuntamente las secuencias genéticas de los dos organismos

Más de seis años de trabajo le ha costado a un gran grupo de científicos desentrañar el código genético del parásito de la malaria, que consigue mediante un complicadísimo ciclo, ayudado por un mosquito, matar cada año a más de un millón de personas, africanas en un 90%. La publicación en dos revistas científicas de los genomas completos del parásito y del mosquito que causan la gran mayoría de los casos de malaria abre la puerta a nuevos tratamientos para la enfermedad y nuevas técnicas para controlar a los insectos transmisores, aseguraron ayer científicos en Londres y en Washington.

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El parásito Plasmodium falciparum, cuyo genoma completo se hace público hoy en la revista Nature, puede hacerse resistente a la cloroquina, el barato medicamento que ha salvado tantas vidas hasta ahora, por la acción de un solo gen, según han constatado los 150 científicos que han conseguido desentrañar su material genético. Este es sólo un ejemplo de cómo el nuevo conocimiento va a proporcionar nuevos objetivos terapéuticos en la lucha contra la malaria. 'Hemos proporcionado nuevas herramientas y nuevos datos, y tenemos la esperanza de que sirvan para nuevas drogas y vacunas', dijo ayer en Londres Neil Hall, del Instituto Sanger, informa Reuter.

La OMS estima que se producen hasta 500 millones de nuevos casos de malaria al año y que la enfermedad es la causa de la mitad de las muertes de niños de menos de cinco años en África. En España los últimos casos de malaria o paludismo se produjeron en los años cincuenta.

Estrategias

Con los nuevos datos de los genomas se perfilan varias estrategias, algunas más imaginativas que otras. Por un lado está la posibilidad de diseñar insecticidas que no provoquen resistencia en los mosquitos, así como encontrar vacunas que bloqueen la transmisión, evitando que el parásito se reproduzca dentro del mosquito. También se ha pensado en impedir que el mosquito pueda encontrar por señales químicas la sangre humana, que resulta imprescindible para la transmisión.

Algunos investigadores han sugerido que la modificación genética de los mosquitos podría ser también una forma de combatir la enfermedad. Los mosquitos modificados genéticamente serían liberados en poblaciones naturales y podrían imponerse en ellas, aunque para ello habría que disponer de mucha más información sobre la ecología del mosquito. Por otra parte, conocer los genes que gobiernan la producción de las proteínas de la cubierta del parásito (objeto de las vacunas), permitirá conocer mejor éstas.

El Plasmodium falciparum ha resultado tener 14 cromosomas en los que hay 5.279 genes formados por un total de 24 millones de pares de bases químicas, según el primer análisis del genoma. Su estudio ha sido coordinado por el instituto TIGR de Estados Unidos, fundado por Craig Venter (que realizó en Celera la versión privada del genoma humano) y dirigido por Claire Fraser, su esposa. El gen cuya mutación hace que el parásito resista la acción de la cloroquina le hace sin embargo menos resistente a otros fármacos de los escasos utilizados contra la malaria, aseguran los investigadores.

'Nos ha llevado seis años de trabajo muy duro descifrar y analizar el código genético del parásito de la malaria', ha explicado Fraser, que señala que este estudio servirá para la investigación de muchos otros parásitos en los que ahora trabaja su instituto. La mayor dificultad encontrada en la investigación, realizado por el mismo método que el del genoma humano, ha sido la composición del genoma del parásito, ya que el 80% de la secuencia está formada por variaciones de sólo dos de las cuatro bases químicas del ADN.

Venter, por su parte, ha asegurado que disponer de los tres genomas involucrados en el ciclo de la enfermedad representa 'un importante avance en la lucha contra la malaria y una victoria para la genómica como instrumento fundamental que promete ayudar a los investigadores en biomedicina a combatir una serie de enfermedades'.

Dos españoles

De Celera, que Venter abandonó en enero de este año, es asimismo el equipo más numeroso entre los científicos (también en número de 150) que han conseguido, en menos de dos años e impulsados por la Organización Mundial de la Salud, completar el genoma del mosquito Anopheles gambiae, principal transmisor del parásito de la malaria. En este trabajo que publica la revista Science han participado dos científicos españoles que ya colaboraron con Celera en la secuenciación del genoma humano. Son José Francisco Abril y Roderic Guigó, del Instituto Municipal de Investigaciones Médicas (IMIM) de la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona). 'Nuestra colaboración se ha centrado en la etapa final de anotación que es la visualización de todo el conjunto de genes y la información, sintetizar todos los datos en un mapa', han señalado a Europa Press.

El ADN del mosquito está compuesto por 278 millones de pares de bases, parte de las cuales forman unos 14.000 genes. Junto a estos dos trabajos básicos se publican numerosos estudios complementarios sobre modelos animales, diversos grupos de genes con funciones específicas y algunas proteínas en ambos organismos.

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