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ACOSO A IRAK

EE UU quiere que sus tropas protejan a los inspectores de la ONU en Irak

Francia suma apoyos a su propuesta para que la resolución de la ONU se adopte en dos fases

El jefe de la agencia de desarme de la ONU (Unmovic), Hans Blix, informará hoy al Consejo de Seguridad sobre el resultado de sus negociaciones sobre la vuelta de los inspectores a Irak. Su iniciativa complica seriamente los esfuerzos de Washington por aprobar una resolución que endurezca el sistema de inspecciones hasta el punto de permitir una acción militar en caso de incumplimiento. Ayer se conoció el borrador propuesto por EE UU, que obligaría a Irak a aceptar fuerzas de seguridad y representantes de los miembros permanentes del Consejo para acompañar a los inspectores.

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Estados Unidos intentará forzar la adopción de un nuevo texto antes de que Unmovic mande su primer equipo, algo que en principio está previsto para mediados de este mes.Tras dos días de discusiones con representantes iraquíes en Viena, Blix anunció el pasado martes el próximo regreso de los inspectores después de cuatro años de ausencia. El jefe de Unmovic informará hoy al órgano decisorio de la ONU sobre los detalles logísticos del futuro despliegue. Todo ha ido muy rápido desde que Irak accediera a readmitir a los equipos de desarme el pasado 16 de septiembre, demasiado rápido para Washington, que no consigue el respaldo internacional en su guerra contra el régimen iraquí.

Ahora es una cuestión de calendario. Blix quiere mandar un primer contingente de inspectores antes de finales de este mes. Actuarían bajo el mandato de la actual resolución 1284 que les otorga un plazo de 60 días para preparar un informe sobre 'la puesta en marcha del nuevo sistema de vigilancia'.Washington estima que es un proceso demasiado lento y el martes exigió retrasar cualquier inspección hasta la aprobación de un nuevo texto mucho más 'duro y severo'.

Pero en el regateo diplomático Francia está tomando la delantera. París ha propuesto adoptar dos resoluciones: una primera que refuerce las inspecciones y otra que autorice el uso de la fuerza en caso de incumplimiento. Moscú y Pekín se han acogido a esta solución, que dejaría en manos del Consejo del Seguridad la decisión de un ataque militar. Fuentes estadounidenses aseguraron ayer que el Reino Unido, hasta ahora aliado incondicional de Estados Unidos, podría sumarse a esta iniciativa. Las dos resoluciones se negociarían conjuntamente, pero sólo se aprobaría la segunda en caso de crisis.

Podría ser una solución para Washington, apremiada por las intenciones de Blix. El borrador estadounidense, que se ha filtrado a la prensa, no cuenta por ahora con ningún apoyo: impone un ultimátum de siete días al Gobierno de Sadam Husein para aceptar un severo régimen de inspecciones y un mes para informar exhaustivamente de su programa de armas de destrucción masiva. La propuesta autoriza el uso de 'todos los medios necesarios' si Bagdad viola los acuerdos.

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Los inspectores 'podrán entrar y salir de Irak sin restricciones, y tendrán derecho a desplazarse dentro y fuera de los sitios a inspeccionar incluidos los palacios presidenciales', tema problemático que no quedó zanjado en la ronda negociadora de Blix. Los equipos también podrán ser escoltados por fuerzas de seguridad y representantes de los cinco miembros permanentes del Consejo.

Las negociaciones se siguen llevando a nivel de capitales y no han llegado todavía a Nueva York. Aunque todo el mundo hable de ella, la resolución de Washington no existe oficialmente en la ONU. En las dos reuniones que los representantes estadounidense y británico mantuvieron con sus colegas, el lunes con los 10 miembros no permanentes (Bulgaria, Guinea, Siria, Camerún, México, Irlanda, Noruega, Singapur, Mauricio y Colombia) y el martes con los otros tres permanentes, sólo se habló de 'conceptos' e 'ideas'.

Fuentes diplomáticas europeas consideraron como 'positiva' esta obvia ausencia de documento. 'El hecho de que no haya un borrador oficial, ni estadounidense, ni francés, ni ruso, indica que todo está por negociar'. Otros se disgutaron al conocer por la prensa los detalles del texto. 'Se criticó a Estados Unidos por no informarnos debidamente', resaltó el representante de uno de los miembros no permanentes. El diplomático calificó la reunión informal del lunes de 'poco cordial'.

Cada bando ha acusado al otro de las indiscreciones. Los estadounidenses han responsabilizado de las filtraciones a los países más críticos. Los franceses piensan que se trata más bien de una maniobra de Washington para 'fijar' el texto ante la opinión pública internacional.

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