El Gobierno argentino encara la 'etapa final' del acuerdo con el FMI

El ministro de Economía argentino, Roberto Lavagna, considera que la discusión con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para postergar hasta fines de 2003 los pagos de la deuda argentina entró ya en la 'etapa de convergencia final'. Ayer, a su regreso de Washington, el ministro se reunió con el presidente Eduardo Duhalde para anticiparle que el Fondo reclama 'el apoyo del Parlamento, del Congreso, de los gobernadores y de los partidos políticos' al borrador de la carta de intención que los colaboradores del ministro redactarán esta misma semana junto con los técnicos del Fondo.

[Sobre la inminencia del acuerdo, el ministro español Rodrigo Rato aseguró ayer en Nueva York que 'los equipos de Argentina y del FMI están próximos a llegar un acuerdo', informa Ernesto Ekaizer. 'Lo importante no es tanto la cantidad de dinero ni las condiciones, sino el hecho de que Argentina pueda tener la percepción de que la comunidad internacional advierte que avanza en la solución de los problemas'. Rato añadió que el problema de Argentina es de carácter político. 'Se necesita un Gobierno que tenga la legitimidad democrática para establecer la política económica'].

Lavagna precisó que el acuerdo con el FMI no será 'inminente'. En palabras del ministro, 'hace una semana se había expandido una ola de pesimismo sobre la idea de que no había acuerdo. Ahora, en cambio, se ha expandido la idea de que el acuerdo es inminente, y eso no es cierto'.

De todos modos, Lavagna admitió que la decisión no podría demorarse mucho tiempo más. El próximo mes de noviembre, Argentina debería afrontar vencimientos de la deuda por importe de 850 millones de dólares y el ministro ya anunció que el país no recurrirá nuevamente a sus reservas para pagar cuotas al Banco Mundial, al FMI y al Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Transición

Lavagna confirmó que el Programa de Transición contempla la postergación de pagos por unos 18.000 millones de dólares 'hasta fines de 2003' para permitir que el nuevo Gobierno que surja de las elecciones del próximo 30 de marzo 'tenga el tiempo necesario antes de presentar su propio plan y discuta un acuerdo más amplio'. Por esa misma razón, en el presupuesto del próximo año se reservaron 3.500 millones de pesos de libre disponibilidad, 'para que el próximo presidente tenga recursos con los que moverse en los primeros días'.

Por otra parte, ayer se abrió parcialmente el llamado 'corralón' de los depósitos a plazo confiscados desde diciembre. Unos 700.000 ahorradores titulares del 65% de las cuentas abiertas con certificados de hasta 7.000 pesos, que los bancos estaban autorizados a ampliar hasta los que tenían 10.000 pesos, podían retirar su dinero o renovar el depósito actualizado según el índice de inflación. Los que depositaron 7.000 pesos recibirían 9.590, y los que tenían colocados 10.000, unos 13.700 pesos.

El Banco Central estimó que podrían devolverse 1.700 millones de pesos.