'EE UU condicionará su ayuda a la lucha contra la corrupción'
Otto Reich, jefe de la diplomacia de EE UU para Latinoamérica, afirma que se han acabado los tiempos en los que EE UU abría alegremente el grifo del dinero para los países al sur del río Bravo sin pedir nada a cambio. A partir de ahora 'se va a condicionar la ayuda a la lucha contra la corrupción, porque la corrupción es la raíz de todos los problemas'.
Reich, de 57 años, es un diplomático conservador, que se opone al levantamiento del embargo en Cuba, su tierra natal. Es un gran conocedor de Latinoamérica, especialmente Venezuela, donde fue embajador de 1986 a 1989, pero su carrera no ha estado exenta de polémica. Varios congresistas objetaron en enero su nombramiento como subsecretario de Estado, señalando que cuando trabajaba en el Gobierno de Ronald Reagan trató de influir en la opinión pública a favor de la Contra nicaragüense, con propaganda encubierta, desde su puesto de director de la Oficina Diplomática. Él siempre lo ha negado. Esta semana ha estado en Miami promoviendo la honestidad empresarial en Latinoamérica, en el marco de una conferencia patrocinada por el Banco Interamericano de Desarrollo.
'Vamos a premiar a los países democráticos y a los que sigan nuestras políticas económicas'
Pregunta. ¿Cuál es la prioridad de la política de EE UU hacia Latinoamérica?
Respuesta. La corrupción, porque es el principal obstáculo para la democracia y el desarrollo económico. Pensamos que la lucha anticorrupción es tan importante que la hemos puesto como requisito para proveer ayuda. Ya no va a ser suficiente el nivel de pobreza. Vamos a premiar a los países que tengan un sistema democrático y a los que sigan nuestras políticas económicas.
P. Se podría interpretar como arrogancia.
R. Quiero recordarle que es nuestro dinero, el dinero de los contribuyentes norteamericanos.
P. ¿Cómo van a determinar quién es corrupto si la corrupción se practica, por definición, de forma encubierta y en muchos casos pasan años hasta que se descubre?
R. Créame que tenemos métodos para saberlo, a través de las embajadas y la información de los servicios de inteligencia. Y además nuestras leyes nos permiten actuar sólo cuando existan razones para creer que hay corrupción. Naturalmente, si después hay pruebas de lo contrario, se rectificaría.
P. ¿Quiénes están en la lista de corruptos?
R. Este hemisferio es fértil cuando de corruptos se trata. Ahí tiene el caso de Alemán en Nicaragua, que supuestamente ha robado más de cien millones de dólares; nosotros apoyamos lo que está haciendo el presidente Bolaños. Y tiene el caso de Menem en Argentina y el de Salinas en México.
P. Pero muchos de ellos han sido sus amigos. ¿No sabía EE UU que eran corruptos?
R. En muchos casos íbamos tras peces más gordos, en la guerra fría por ejemplo, y entonces tienes que aparcar temporalmente ciertos valores para combatir problemas mayores. Pero la mayoría de las veces es porque no se les descubre hasta que salen del Gobierno.
P. Hablando de castigos, tienen previsto reactivar las sanciones contra empresas europeas que invierten Cuba.
R. El presidente Bush ha dejado en suspenso el Título III de la ley Helms-Burton, porque estamos obteniendo cooperación de los europeos. La inversión en Cuba ha disminuido, salvo la industria hotelera y quizá la minería.
P. ¿Qué tipo de cooperación?
R. Los europeos están siendo muy cuidadosos en no establecer sus negocios en propiedades confiscadas por el régimen, por las que los cubanos les pueden demandar llegado el momento.
P. Existe la percepción en Latinoamérica de que EE UU les ha abandonado después del 11-S.
R. El presidente Bush se siente muy cercano a Latinoamérica, pero su primera responsabilidad es la seguridad nacional. Eso no quiere decir que la haya abandonado, y, si no hubiera sido por el 11 de septiembre, hubiera viajado a más países. Sabemos que nuestro futuro está ligado al de nuestros vecinos, y que no podemos tener seguridad en nuestro país si no hay paz en el hemisferio.
P. Cuando el Congreso le concedió al presidente el fast track [autoridad para negociar directamente tratados comerciales], en Latinoamérica se creyó que, al fin, se iba a acelerar el proceso para un acuerdo regional de libre comercio en 2005 y, sin embargo, hay quienes creen que se ha estancado.
R. No, no es cierto. Nuestra meta sigue siendo 2005. Hay conversaciones para un acuerdo con Centroamérica, y con Chile esperamos que se finalice antes de fin de año. Hemos iniciado también conversaciones con otros muchos países.
P. Hay un fuerte movimiento nacional contra el embargo a Cuba, ¿tiene alguna influencia sobre el Gobierno o tiene más peso la comunidad cubana de Miami?
R. Nosotros también favorecemos el levantamiento del embargo, pero si Cuba celebra elecciones libres. La gente no es la que está detrás de ese movimiento, son grandes corporaciones, la industria agrícola y un grupo de senadores; ellos son los que tienen influencia. Han ganado votos importantes en los últimos tres años, pero no creo que la ley se apruebe. Lo que hay que preguntarse es que, si tenemos un elemento para negociar una transición pacífica, ¿por qué aniquilarlo?
P. ¿Cúal es la respuesta EE UU al resurgimiento de la izquierda en Latinoamérica?
R. Nadie va a copiar el modelo de Venezuela cuando su propucto interior bruto ha caído. Nos preocupan los gobiernos que adoptan políticas que no generan riqueza, nos preocupan los amigos de nuestros enemigos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.