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ESTRENO

Jacques Perrin descubre la belleza del vuelo de las aves

'Nómadas del viento' supera un complejo desafío.

Nómadas del viento (Le peuple migrateur) es la nueva película de este cineasta atípico que es Jacques Perrin (París, 1941), actor, director y productor, tan pronto interesado por la ficción como por el documento. Hace unos años sedujo a medio mundo con Microcosmos y su mirada sobre lo infinitamente pequeño que vive bajo nuestros pies; ahora nos llegan estos Nómadas del viento que supusieron el viaje de la cámara de Perrin entre las nubes para, de nuevo, descubrir lo nunca visto.

'Me gusta hacer películas que no existen, inventar formas. Por ejemplo, antes nadie había filmado tan de cerca ánades, cigüeñas, pelícanos o patos. Nadie los había podido seguir poniéndoles entre el plumaje un micro inalámbrico, ni ningún científico sabía del esfuerzo cardiaco que representa para un ave realizar un vuelo de miles de kilómetros', explica Jacques Perrin.

Problemas

Para conseguir sus imágenes el cineasta tuvo que resolver antes problemas de naturaleza muy particular. 'Empezamos por leernos los estudios de Etología de Lorenz. Había que saber qué aves son radicalmente salvajes y cuáles pueden llegar a aceptar la proximidad humana. Y luego había que imaginar las técnicas para hacerse aceptar. Eso incluye, por ejemplo, fabricar grandes jaulas en las que incubar los huevos en medio de la presencia humana de los directores de fotografía, que vivieron entre los pájaros durante semanas, y acostumbrar a las aves al rumor del motor de los helicópteros. Teníamos tres meses para ganarnos a ciertas especies, pues es a esa edad a la que se lanzan a su primera gran aventura migratoria. Y el cámara supo convertirse en una especie de padre de sustitución de los pájaros'.

En Microscosmos Perrin aceptó llevar un fragmento de pradera al interior de un estudio para poder espiar desde muy cerca la evolución de mosquitos, gusanos o escarabajos. En Nómadas del viento partió de una reflexión: 'Con la naturaleza no puedes decir yo quiero, sino yo deseo. Y luego tienes que aceptar lo que te ofrece'. El filme ha necesitado de la complicidad de 15 pilotos de ala delta o ultraligeros y de 14 directores de fotografía. 'En un caso hay que contar con los expertos en naturaleza, gente acostumbrada a esperar en silencio para captar el momento mágico. Para un productor eso supone asumir que el técnico está ahí durante dos meses para conseguir un máximo de un minuto de buenas imágenes. En otros casos no dependes del azar porque has creado tus formas de acercamiento. Ahí lo que hacía falta era disponer de cámaras ligeras, de sistemas que anulasen vibraciones, poder hacer girar el objetivo a distancia y darle una cobertura de 360º. De ahí que buscase financiación en sociedades que normalmente no tienen nada que ver con el cine, como Thomson -misiles y electrónica militar-, la marina de guerra francesa, EDF (electricidad y gas) o Lufthansa'.

De la observación atenta de los pájaros por parte de seis equipos durante tres años -el resto participó ocasionalmente- surge Nómadas del viento, un documental que ya ha atraído a millones de espectadores en los países en que se ha estrenado. Es fruto de la paciencia y de 'querer vivir experiencias desconocidas para todos'. Pero Perrin también sabe trabajar bajo la presión de la urgencia, como lo prueba que sea él quien ha coordinado y financiado el trabajo de 11 directores de 11 países distintos para que cada uno aborde a su modo el 11 de septiembre de 2001.

'En Nómadas del viento el desafío es el de siempre: ir a ver que hay más allá del horizonte. Es el mismo para los pájaros que para nosotros, pero las aves respetan el territorio de los demá y los hombres no lo hacemos'.

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