Ideas que valen oro

El cuarto certamen de la Universidad de Granada para proyectos de creación de nuevas empresas por parte de licenciados ha premiado a tres proyectos poco habituales. El primer premio se ha concedido a una iniciativa de cuatro biólogos dedicados al control y vigilancia de la calidad ecológica de masas de agua como ríos o lagos. El segundo y tercer premio han ido a parar a sendos proyectos de restauración de obras de arte presentados por dos grupos de licenciadas en Bellas Artes. Uno de ellos está firmado por María Ángeles Moreno y Mónica Trassierra. Contra lo que suele ser habitual en estos tiempos, sólo hubo uno de nuevas tecnologías que no resultó premiado. Al concurso se presentaron 18 proyectos.

La palabra emprendedores ha apuntado en la última década a jóvenes con un conocimiento y una intuición sobre las nuevas tecnologías casi más allá de lo humano, a personas con ideas portentosas que nadie antes había imaginado pero sin dinero para ponerlas en marcha. Sin embargo, quizá ha llegado el momento de desterrar esta idea; al fin y al cabo, el resultado final ha sido que los verdaderos emprendedores eran los de siempre, quienes tenían al dinero y lo arriesgaban. A juzgar por los proyectos presentados al concurso Tu empresa, en Granada, convocado por la Universidad granadina para premiar proyectos comerciales en la provincia, los estudiantes de humanidades y afines tienen la misma capacidad que los magos de Internet para tener ideas y levantar proyectos.

Pablo Jaimez y tres socios más han estado muy atentos a la legislación europea, ahí es nada. 'Una directiva de la UE, que habrá revertir sobre las leyes españolas antes de diciembre de 2003, obliga a estudiar todas las masas de agua como ríos, lagos, ... y analizar su nivel de contaminación; además, si las aguas no están en condiciones los responsables han devolverlas a un estado ecológico aceptable antes del 2016'.

Esta previsión llevó a Jaimez y sus tres compañeros de facultad, a pensar que durante las próximas dos décadas se abre un campo con futuro, el análisis de los ríos y otras masas de agua.

Los cuatro biólogos han invertido ya 30.000 euros en su proyecto y, asegura Jaimez, los 6.000 del premio son un desahogo que les viene de perilla. No sólo necesitan un despacho y la maquinaria oportuna. Su trabajo les llevará de aquí para allá y también se han hecho con una furgoneta. Su próximo cometido, no obstante, es el más difícil: buscar clientes.

En su caso, no son particulares de tres al cuarto. Por eso, Jaimez está preparando muy bien ese paso. 'Nuestros clientes prioritarios son las confederaciones hidrográficas y, antes de dirigirnos a ellos, tenemos que preparar muy bien las entrevistas'.

Por lo demás, el estado de los ríos en Andalucía es 'más bien tirando a malo, excepto en los parques naturales, donde sí se cuida la calidad del agua'.