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Zapatero promete abrir una etapa de diálogo con el Gobierno vasco si llega a La Moncloa

El líder del PSOE tiene la 'firme determinación' de 'dar un giro' a las relaciones con Vitoria

José Luis Rodríguez Zapatero reiteró ayer en Barcelona el apoyo sin fisuras del PSOE al Gobierno de José María Aznar en su lucha contra el terrorismo de ETA. Pero deslizó una crítica implícita a la política de confrontación entre la Administración central y las instituciones vascas al prometer que, si llega a La Moncloa en 2004, dará un giro a las relaciones con el Gobierno de Vitoria. El líder del PSOE no quiso entrar en detalles sobre esta 'nueva etapa', pero dijo que las relaciones entre el Gobierno español que él presida y el Gobierno vasco se basarán en 'el entendimiento y el diálogo'.

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Zapatero, que ayer se dio un baño de multitudes -más de 15.000 personas- en la tradicional Fiesta de la Rosa en la localidad barcelonesa de Gavà, evitó entrar al trapo y contestar las acusaciones que la víspera le lanzó el presidente del Gobierno. Aznar criticó la 'falta de criterio' de los dirigentes socialistas frente a la ofensiva del Gobierno y el Parlamento vascos contra el juez Garzón y la suspensión de Batasuna.

En el mismo tono comedido que utiliza siempre en sus referencias a la política antiterrorista, el líder del PSOE manifestó: 'Vamos a apoyar toda la política del Gobierno si ésta se hace desde el diálogo'.

Pero avisó al Gobierno de que la batalla contra ETA no debe significar la quiebra del diálogo con las instituciones vascas y los partidos que las gobiernan. Y, a modo de guiño al PNV, proclamó su 'firme determinación' de dar un giro a las relaciones entre Madrid y Vitoria si llega al poder en las elecciones de 2004.

¿Cómo será esta nueva etapa? Rodríguez Zapatero tan sólo anunció que estará marcada por el 'diálogo y el entendimiento'. 'Cada cosa en su momento', precisó. Ahora, añadió, lo importante es garantizar la seguridad de los concejales en el País Vasco y que los Gobiernos central y vasco vuelvan a hablar.

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Pasqual Maragall reforzó los argumentos de Zapatero. El aspirante a la Presidencia de la Generalitat afirmó que el proyecto de los socialistas catalanes se basa en la lealtad constitucional y que la meta de la paz requiere, como en Irlanda del Norte, el entendimiento entre los Gobiernos.

El ejemplo vasco le sirvió a Rodríguez Zapatero para prometer un 'gobierno digno y socialista para España' en el que el Ejecutivo central y las comunidades autónomas se sientan cómodos. 'La mayoría de españoles', manifestó, 'quieren un proyecto común, que todos los pueblos se sientan a gusto y unidos'.

Zapatero tan sólo dio tregua al PP en el tema antiterrorista. En lo demás, se despachó a gusto con los populares; en especial con sus políticas de empleo, educación y seguridad ciudadana que tildó de 'hipócritas'. Zapatero anunció que una de sus prioridades será 'acabar' con la violencia machista 'antes que con la pequeña delincuencia' e hizo un llamamiento a la militancia socialista a manifestarse el próximo 5 de octubre en Madrid contra el decretazo del Gobierno central.

La promesa de abrir 'una nueva etapa' en las relaciones con el Gobierno vasco si llega a La Moncloa fue inmediatamente replicada por el PP. Su portavoz, Rafael Hernando, le acusó de buscar 'los votos de Arzalluz'; mientras que el secretario general del PP, Javier Arenas, dijo que el Gobierno ha sido 'infinitamente más leal' que el PSOE al pacto antiterrorista.

Pasqual Maragall (a la izquierda) y José Luis Rodríguez Zapatero, ayer en Gavà (Barcelona).
Pasqual Maragall (a la izquierda) y José Luis Rodríguez Zapatero, ayer en Gavà (Barcelona).SUSANNA SÁEZ

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