Tras los misterios del agua
La familia Lama posee filtros de riego que son únicos en el mundo
Tenía 19 años y se enamoró de la fragua; el fuego y el yunque significaban entonces todo para él. No tenía estudios ni más ocupación que el trabajo. 'Una fe ciega en lo que hacía', recuerda, lo empujaba a seguir adelante cuando aparecía el desánimo. Durante dos décadas arregló calderos, arados, aguzó rejas y hasta llegó a construir estructuras metálicas para puentes. Fernando Lama Álvarez (La Puebla del Río, 1928) montó en 1948 su primera industria dedicada a la manipulación de metales y un cuarto de siglo después la dejó -'con mucho dolor porque significaba abandonar a clientes y amigos', recuerda- para dedicarse a su nueva pasión: purificar el agua. Desde finales de los años sesenta la empresa Fernando Lama SL es un referente mundial en este sector; cualquiera que desee informarse sobre filtros de agua, recurrirá a él.
Cuesta creer que tras esa fachada discreta, a la salida de La Puebla del Río, se halle una de las empresas más importantes del mundo en la fabricación de filtros de agua. 'Somos la única andaluza, la primera de España si nos atenemos a lo que es nuestra especialidad: los filtros, y, en el mundo, sólo los israelíes nos hacen competencia... A veces desleal', explica, y matiza luego, Fernando Lama Rodríguez, director técnico, el mayor de los cuatro hijos que tiene el impulsor de esta empresa familiar.
En Lama SL trabajan 30 personas, muchas de ellas técnicos superiores y especialistas de reconocido prestigio en lo suyo. Diseñan por ordenador los filtros y las piezas que luego han de ensamblarse entre válvulas y bombas de filtrado. Al menos media docena de patentes son propiedad de la empresa; entre ellas un sistema de cierre automático similar al que se emplea en la olla exprés para cerrarla. Facturan al año tres millones de euros y cuentan con representación comercial en 28 países repartidos por los cinco continentes. Sus principales clientes están en América latina y, últimamente, han abierto delegación y mercado en Estados Unidos. 'Con muy buenos resultados y perspectivas favorables', afirma el director técnico. 'También trabajamos mucho con los países árabes y, en Europa, un buen cliente nuestro es Italia', añade.
Para que se entienda, la filosofía de esta empresa se ampara en el buen aprovechamiento ¨y cuidado del agua. Según Lama Álvarez, un día se dio cuenta que el agua 'era un bien preciado y escaso que había que cuidar'. El riego 'a chorro', como suele decirse, está en extinción. Los sistemas de riego por goteo exigen aguas limpias, sin impurezas, que no obstruyan las válvulas.
Aquí es donde Lama SL interviene: sus bombas de filtros de arena, de malla o de anillas (un sistema único en el mundo que sólo fabrican ellos pues la patente es de su propiedad) se colocan entre la motobomba que extrae el agua y el sistema de riego por goteo. Cualquier impureza, por pequeña que ésta sea, será separada del líquido elemento por los cabezales (conjunto de filtros) que instala esta empresa.
Lama presume de tener los cabezales más grandes del mundo instalados. Entre ellos cita al de Herrera (Sevilla) que filtra más de cuatro millones de litros de agua a la hora. El caudal filtrado abastece un sistema de riego que alcanza a más de 2.000 hectáreas.
La complejidad de los filtros influye en sus precios; éstos varían desde los 272 euros el más sencillo a casi el millón de euros que cuesta el más complicado. También el tipo de agua, la superficie a regar y el caudal, influirán en el diseño de los cabezales de filtrado.
El último sueño de Lama SL es conseguir conectar el pequeño ordenador que regula el complejo sistema de filtros con el teléfono móvil. 'De este modo, el agricultor, si se produce un fallo o una avería, recibirá inmediatamente el aviso', comenta Fernando Lama Álvarez. Luego señala a uno y otro lado de la nave y se explaya evocando recuerdos. 'Esta máquina para soldar la inventamos nosotros'. Habla en plural. El mayor patrimonio que tiene, dice, son los trabajadores. 'Algunos llevan conmigo 50 años'.
Pero su hijo Jorge, el director comercial, prefiere mirar al futuro. Ahí anda con un nuevo proyecto: 'Estamos estudiando cómo purificar el agua pasándola por un haz de luz ultravioleta; de este modo eliminaríamos... hasta los virus y las bacterias. Con ello conseguiríamos que las aguas residuales de los núcleos urbanos pudiesen reutilizarse en el riego'.
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