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Entrevista:JACQUES HERZOG | Arquitecto

'Queremos construir grandes torres'

La trayectoría que les valió a Jacques Herzog y Pierre de Meuron el premio Pritzker en 2001, considerado el Nobel de la arquitectura, no se caracteriza por edificios de gran altura. De los autores de la reforma de la Tate Modern de Londres y del almacén para Ricola en Mulhouse se celebra su refinamiento y ambición conceptual a la hora de plantear unos proyectos en el que todos los elementos del edificio mantienen la misma coherencia formal y conceptual. De hecho, el gran edificio triangular que proyectan en Barcelona para que sea el emblema del Fòrum 2004 se caracteriza, precisamente, por su horizontalidad. Con todo, ayer Jacques Herzog confesó que también les gustaría construir en la ciudad un rascacielos. 'Es el momento. Queremos construir grandes torres', afirma. 'Después del 11-S se dijo mucho que se habrían acabado los rascacielos, y la verdad es todo lo contrario. Nunca había habido tantos proyectos de rascacielos en Europa. Supongo que es una reacción a lo que pasó en la década de 1980 y 1990, cuando se construyeron muy pocas torres porque las ideas eran otras. Creo que son un elemento interesante si se utilizan con una estrategia conceptual inteligente. Tampoco pienso que haya que hacer como en las ciudades americanas y poner torres en todas partes; en Europa hay que utilizarlas como elementos de orientación topográfica en la ciudad. Pueden ser puntos de referencia'.

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De momento, señala, han incluido torres en algunos de los planes urbanísticos que han diseñado para Basilea, su ciudad natal y en la que tienen su estudio, y para Santa Cruz de Tenerife, en donde proyectan toda la reforma del puerto. 'Aún no tenemos ningún proyecto concreto, pero es un tema que queremos investigar en el futuro. Se pueden buscar muchas alternativas a la estructura clásica de las torres como superposición de plataformas'.

Herzog define el Edificio Fòrum, del que se exhibe una maqueta a escala real de uno de sus muros en la Bienal de Venecia de arquitectura, como una esponja. Utiliza este término tanto para definir formalmente la apariencia exterior del edificio como para explicar su futuro uso de punto de encuentro y centro de absorción de los distintos grupos sociales que conviven en una zona a medio hacer entre un barrio obrero popular y las nuevas zonas comerciales y residenciales.

'Todo el edificio será como la cubierta de la gran plaza pública de la explanada del Fòrum. El edificio triangular tendrá unas perforaciones que permitan dar luz al interior y también a la plaza misma', explica Herzog. 'La fachada será de un mortero muy rugoso, irregular, como una esponja de mar. Y de color azul añil, el de Yves Klein, porque es un color que está en la tradición catalana, en Miró, en el Mediterráneo. La cubierta será una placa de unos 30 centímetros de agua con el fondo también pintado de azul. Cuando vueles en avión verás sólo un triángulo azul, abierto, como una pieza de agua'. Será un inmenso triángulo de 180 metros por lado que seguirá la inclinación de la plataforma sobre la que se está construyendo. Ahora ya es visible el desnivel entre los vértices opuestos: uno estará a 25 metros de altura y los otros dos a algo más de 10. Toda la estructura se sustentará sobre la caja del auditorio, con capacidad para 3.200 personas y tres grandes columnas perimetrales. Las salas de exposiciones y otros espacios para seminarios y congresos se situarán en la galería superior.

La futura utilización de este edificio cuya superficie es de 15.000 metros cuadrados les preocupa hasta el punto de que en parte se han inventado sus futuros usos. 'Por eso es una cubierta, una gran plaza para la gente. En ella queremos situar un mercado de productos frescos, una pequeña capilla, bares, restaurantes. Que sea una esponja que absorba el flujo de gente durante todo el día. Una plataforma para todos, un paisaje, una pieza natural entre la naturaleza, el mar, y la ciudad. El interior y el exterior son lo mismo, forman parte del mismo proyecto'.

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