El Gobierno vasco y Bush

El calentamiento global del planeta es la mayor amenaza que afronta la vida en la Tierra. Las inundaciones, temporales y lluvias torrenciales que se han producido este mes de agosto en diferentes lugares del planeta -también en España y en el País Vasco-, son consecuencia de la acción continuada del hombre sobre la naturaleza, sobre todo desde la Revolución Industrial. La deforestación, la emisión de gases de efecto invernadero, la destrucción de la capa de ozono, etcétera, están forzando un cambio climático de consecuencias impredecibles que, de momento, están siendo catastróficas para la vida de millones de personas en todo el mundo. Para quienes se han mantenido escépticos a lo largo del tiempo, lo de este verano es una prueba más de ello. El principal responsable del recalentamiento de la atmósfera es el CO

Los gobiernos de la derecha se están convirtiendo en los representantes de Bush en Europa

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(dióxido de carbono), producido, fundamentalmente, por la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural) para la obtención de energía, sucia, insostenible.

La tendencia a incrementar las emisiones no se detiene. Así, en España, el último año, el nivel de emisiones de CO

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ha aumentado un 33,7% con respecto a los niveles de emisión del año 1990, siendo uno de los países de la Unión Europea que más se ha desviado. En el País Vasco, el aumento ha sido de un 25%. De esta manera, a pesar de que ambos gobiernos, central y vasco, hayan declarado que apoyan los objetivos acordados por la Unión Europea y el Protocolo de Kioto, la estrategia de 'desarrollo insostenible' avanza, precisamente, en sentido contrario a los compromisos internacionales en la lucha contra el cambio climático. Porque, una cosa es predicar y otra dar trigo.

Siendo esto así, los gobiernos de la derecha se están convirtiendo en los representantes de Bush en Europa, que ya anunció públicamente que no cumpliría con el Protocolo de Kioto y que ahora nos deslumbra con la iniciativa de talar árboles para evitar incendios. Y que, incluso, coinciden, como es el caso de Aznar, en no estar presentes en la Cumbre de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, que se está celebrando durante estos días en Johanesburgo, aunque su pretexto sea el de la boda de su hija.

Ibarretxe, sin embargo, a diferencia de Bush y de Aznar, sí va a estar presente en esta cumbre. Pero, en el País Vasco, también avanzamos en ese 'desarrollo insostenible'. Porque, la política neoliberal del nacionalismo gobernante, en su nueva etapa de la construcción de la nación vasca, que bajo el señuelo de la 'independencia energética' no se diferencia de la política energética y económica desarrollada por Bush, está apostando por la construcción de plantas de ciclo combinado, de gas procedente del subsuelo africano por cierto, ubicadas todas ellas en el territorio de Vizcaya. Plantas que, cuando se pongan en marcha, la emisión a la atmósfera de CO

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aumentará en 10.000.000 de toneladas, lo que supondrá, con la suma anterior, un incremento en torno al 40% respecto a los niveles de emisión del año 1990, que es el año base de referencia del Protocolo de Kioto.

Mientras tanto, el consejero vasco de Medio Ambiente, Sabin Intxaurraga, con motivo de su presencia en la Cumbre Mundial de la Tierra en Johanesburgo, ha dicho: 'En el País Vasco somos pioneros en la Estrategia Ambiental Vasca de Desarrollo Sostenible'. Precisamente, esa estrategia del Gobierno vasco, que no ha sido tratada por el Pleno del Parlamento vasco, adolece de mecanismos apropiados: políticos, jurídicos y financieros, para poder cumplir con los objetivos que se propone. Y es una propuesta de declaración de intenciones y un brindis al sol. Estos objetivos, en particular los relacionados con el cambio climático, se plantean a partir de los años 2004 y 2006, cuando ya estarán en funcionamiento las plantas de ciclo combinado y la incineradora de Zabalgarbi que se están construyendo en el territorio vizcaíno, sin ningún tipo de ordenación e incumpliendo los acuerdos del Parlamento vasco.

Además, en nuestra comunidad autónoma, a diferencia de otras, el nacionalismo gobernante y la Izquierda Unida de Madrazo (en nuestra particular 'sequía legislativa' desde el Pacto de Lizarra), no han presentado al Parlamento vasco instrumentos para gestionar el medio ambiente, instrumentos tan importantes como la Ley del Suelo; la de Edificación; la de Industria; la de Energía; la del Agua; la del Transporte; la de Fiscalidad y Responsabilidad Civil en materia de Medio Ambiente; un Plan de Residuos; un Plan de Energías Renovables; una estrategia de lucha contra el cambio climático, etcétera. Pioneros sí, pero de la retórica, como en otros ámbitos de la política.

En realidad, el interés fundamental del nacionalismo gobernante en esta Cumbre de la Tierra ha sido la de estar presentes en el comité ejecutivo de la red de gobiernos regionales para el desarrollo sostenible, en su concepción nacionalista, también de la naturaleza. Su mejor aportación a esta cumbre sería asumir en la Estrategia Vasca de Desarrollo Sostenible objetivos y planes más ambiciosos, con instrumentos políticos y económicos para alcanzar los compromisos del Protocolo de Kioto y, muy en particular, en la implantación de las energías renovables, para que alcancen en el año 2010 el 15% del consumo total de energía primaria. Ahí le queremos ver al nacionalismo gobernante y a la Izquierda Unida de Madrazo.

Iñaki Pierrugues Barberán es coordinador de la organización sectorial de Medio Ambiente del PSE-EE.