Naturaleza o técnica

Estamos últimamente cansados de escuchar como argumento de calidad el concepto de terroir. Detrás del uso de este galicismo se esconden también todas las técnicas culturales en torno al vino; esto es, modificación, si procede, de las variedades, del suelo y del clima. Para lo cual el hombre está capacitado. Por lo tanto aquí viene el quid de la cuestión. ¿Defendemos los vinos como corresponde según su evolución de ciclo vegetativo año tras año, con todo lo que conlleva de diferenciador o simplemente buscamos la uniformidad? Muchas bodegas nos han acostumbrado a sus vinos uniformes durante años. Es más, en muchos casos, esa uniformidad nos ha limitado el paladar.

Es de agradecer la ardua tarea realizada en algunas bodegas para conseguir los llamados vinos de autor, que en los últimos años han aparecido en el panorama vitivinícola español y que nos han hecho olvidar la monotonía a que estábamos acostumbrados. Pero he aquí que, aprovechando la gran labor realizada por algunos precursores, ciertos elaboradores de vinos de autor han caído en la trampa de intentar perpetuar su bouquet aprovechando el tirón comercial bajo el sello 'vino de alta expresión' (¿serán vinos elaborados en el Himalaya?).

Abel Mendoza es un pequeño viticultor en Rioja que escapa a estas modas y, así, no duda en cambiar de parcela dependiendo de la cosecha para elaborar su corta y selectiva Selección Personal. Si en el año 1999 su vino provenía de la Finca El Bardallo, de terrenos arcillo-calcáreos pedregosos del término de Labastida, para la cosecha de 2000, de reciente aparición en el mercado, sus frutos provienen de la Finca El Sacramento, de composición arcillo-calcáreo mineral.