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Reportaje:

Los coches 'limpios', cada vez más cerca

Un coche de última generación contamina un 95% menos que otro similar de hace 20 años. En cambio, otras industrias como las siderúrgicas, químicas, centrales térmicas..., apenas han reducido un 20% sus emisiones.

El esfuerzo de los fabricantes de automóviles no ha sido igual de intenso en otros sectores (transporte pesado, etcétera), pero ha servido para reducir el porcentaje de emisiones de los vehículos a motor en el total de las que llegan cada día a la atmósfera.

Sin embargo, los últimos avances no son suficientes. El aumento del parque automovilístico y la próxima motorización de países superpoblados, como China o la India, pueden aumentar de nuevo las emisiones totales de los coches. Y casi nadie, ni en las áreas desarrolladas ni en las más pobres, está dispuesto a renunciar a la libertad de movimientos que aporta el automóvil.

Nuevas vías de investigación

La única solución pasa por reducir aún más la contaminación de los coches, y éste sigue siendo el objetivo prioritario de los fabricantes. La meta es conseguir el automóvil neutro, aquel que tenga emisiones cero y sea totalmente compatible con el medio ambiente. Y cualquier vía de investigación es válida si permite acercarse a ese sueño cada vez más cercano.

A corto plazo, las mejoras se van a centrar en la reducción de peso, un factor clave para conseguir las mismas prestaciones con motores más pequeños y económicos. Se investiga con materiales más ligeros (fibras, aluminio, magnesio... ) y también en la miniaturización de los componentes (aire acondicionado, dispositivos de seguridad...). Además se está avanzando mucho en los sistemas de escape, con nuevos catalizadores y filtros más eficientes. Y se ensayan soluciones ingeniosas como parar los motores o desconectar varios cilindros en los semáforos...

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Coches híbridos, un paso adelante

A medio plazo (cinco años) se popularizarán los coches híbridos con dos motores, uno de gasolina o gasóleo para viajar y cargar las baterías, y otro eléctrico para la ciudad. Ya son viables, pero sus elevados costes de fabricación frenan la comercialización. Y los Gobiernos no parecen dispuestos a conceder ventajas fiscales que les hagan más atractivos y rentables para los compradores.

Pero estas soluciones son sólo pasos intermedios que conducirán a los vehículos de hidrógeno, un combustible casi inagotable y sin emisiones que permitirá conseguir la definitiva compatibilidad ambiental del automóvil.

Las propuestas de Toyota

Aunque la mayoría de las marcas está investigando estas alternativas, Toyota es una de las pioneras y parece un paso por delante de la mayoría. En 1999 lanzó en Japón el utilitario híbrido Yaris Eco y al año siguiente empezó a comercializar en todo el mundo el Prius, una berlina híbrida que ha superado ya las 100.000 unidades vendidas. Después, en 2001, ha ampliado la oferta de híbridos en Japón con la berlina de lujo Crown y el monovolumen Estima. Pero todos comparten el mismo planteamiento: combinan un motor normal y otro eléctrico. Y reducen el consumo y las emisones hasta en un 75%.

Toyota tiene también previsto un plan de choque para que todos sus coches cumplan la normativa ULEV (emisiones ultrabajas) en el año 2005, lo que supone reducir un 75% la contaminación de la gama del año 2000. Y está realizando pruebas en carretera con prototipos con pila de combustible e hidrógeno líquido. Además, la marca japonesa trabaja en nuevos filtros para los diésel, como el DPNR, y piensa utilizar materiales biodegradables, como maíz, batata..., en el diseño y confección de tapicerías y otros componentes de sus nuevos modelos.

La mayoría de los fabricantes está investigando la aplicación del hidrógeno como combustible para el automóvil. Toyota tiene ya rodando en carreteras abiertas una flota completa de prototipos propulsados por hidrógeno y basados en modelos de calle. Y espera poner a la venta en Japón algunas series limitadas a partir del año 2003.
La mayoría de los fabricantes está investigando la aplicación del hidrógeno como combustible para el automóvil. Toyota tiene ya rodando en carreteras abiertas una flota completa de prototipos propulsados por hidrógeno y basados en modelos de calle. Y espera poner a la venta en Japón algunas series limitadas a partir del año 2003.

STOP & GO y DPNR: SOLUCIONES ANTICONTAMINACIÓN

- PARAR EL MOTOR EL 'STOP & GO' se ha desarrollado para utilizarlo en los coches híbridos, pero se puede aplicar también en los nuevos modelos que montarán un motor convencional y otro eléctrico para dar servicio a los elementos de confort: aire acondicionado, equipo de música, calefacción, elevalunas... Y más adelante llegará a la mayoría de los coches. El dispositivo de Toyota actúa cuando el vehículo está parado y con el pedal de freno pisado durante más de cuatro segundos (semáforos...). Y apaga automáticamente el motor convencional mientras el eléctrico sigue en marcha para dar energía a los accesorios eléctricos. Así reduce las emisiones y consumos un 15%, e incluso más en ciudad, respecto a un modelo similar convencional. Toyota tiene ya a la venta cuatro vehículos con este sistema: Yaris Eco, Crown, Estima y Prius. - QUEMAR LOS GASES NOCIVOS EL DPNR ES un nuevo catalizador para motores diésel. Permite superar hasta la normativa europea prevista para 2005, pero sólo sirve para los turbodiésel más modernos, con inyección directa y raíl común de segunda generación, que admiten presiones de inyección superiores a 1.600 bares. Y necesita gasóleos con menos de 10 partes de azufre por millón, sólo disponibles en algunos países europeos, aunque la UE podría hacerlos obligatorios en 2005. Peugeot utiliza una solución parecida, el filtro de partículas FAP, en algunos motores HDI. Pero el de Toyota no necesita aditivos para su limpieza porque detecta cuando está saturado y se regenera solo: un quinto inyector extra introduce combustible en los gases de escape justo antes de que lleguen al catalizador y quema todas las partículas nocivas depositadas.

COCHES HÍBRIDOS FABRICADOS EN SERIE

TRES APLICACIONES reales y diferentes de la tecnología stop and go con un objetivo común: reducir consumos y emisiones. El primer ejemplo es el Toyota Prius, una berlina media que ya se vende en España (desde 24.110 euros). Tiene dos motores, un 1.5 16v. de gasolina con 72 CV y otro eléctrico que suministra otros 44 CV más. La combinación reduce un 40% el consumo respecto a un coche similar convencional. Cuando se acelera con el coche parado, el Prius empieza a moverse impulsado por la fuerza del motor eléctrico. Y una vez en movimiento, casi al instante, entra en acción el de gasolina. Pero en cuanto se detiene y el conductor mantiene el pedal de freno pisado, el motor de gasolina se para y actúa sólo el eléctrico para no contaminar (semáforos, atascos... ). Y en cuanto se levanta el pie del freno y se acelera otra vez, vuelve a ponerse en marcha automáticamente el motor de gasolina. Además, el sistema recupera la energía de los frenos para recargar las baterías que alimentan el motor eléctrico. El segundo modelo es el Estima (Previa en España), un monovolumen grande. La versión híbrida sólo se vende en Japón y comparte un sistema similar al del Prius. Monta un motor 2.4 de gasolina (131 CV) y otros dos eléctricos, uno por cada eje (18 y 25 CV), que aportan tracción 4×4. Y reduce hasta un 75% las emisiones. El último ejemplo práctico de Toyota es el Crown (Lexus LS en España), una berlina de lujo con un equipamiento muy completo. La versión híbrida monta una mecánica de gasolina (200 CV) y un pequeño motor eléctrico (4 CV). El primero sirve para circular y el otro actúa cuando se arranca, pero sobre todo da servicio a los accesorios (aire acondicionado, elevalunas...) cuando está parado.

TOYOTA ES3: PIEZAS BIODEGRADABLES

MUY PEQUEÑO POR fuera, pero bastante habitable por dentro. Y lo más interesante: en su fabricación se utilizan componentes biodegradables. Así es el Toyota ES3, un despliegue de tecnologías aplicadas en un mismo vehículo con el objetivo de conseguir la máxima compatibilidad medioambiental. El ES3 mide sólo 3,5 metros de longitud, pesa 700 kilos y tiene una aerodinámica récord (CX: 0,23). Pero ofrece cuatro plazas correctas y un buen maletero. Se mueve propulsado por una evolución del motor 1.4 D-4D turbodiésel, el mismo del Toyota Yaris, acoplado a un cambio automático de variador continuo. Sin embargo, monta el nuevo catalizador DPNR autorregenerante y se alimenta con gasóleo limpio: menos de 10 partículas de azufre por millón (10 ppm). El pequeño Toyota tiene un chasis de aluminio para reducir peso, y algunos elementos del interior (tapicerías y parte del salpicadero) están fabricados con materiales biodegradables derivados del maíz o la batata. Incluye también el sistema stop and go y un pequeño condensador eléctrico de 42 voltios que se recarga en las frenadas. La eficiencia de estos avances se refleja en un consumo medio inferior a tres litros y unas emisiones que cumplen la futura normativa anticontaminación europea prevista para el año 2005.

TOYOTA FCHV-4: TODOTERRENO ECOLÓGICO

EMISIONES CERO. Un vehículo que sólo expulsa vapor de agua por el tubo de escape. Para lograrlo se ha sustituido el motor convencional por dos eléctricos: uno principal y otro secundario que ayuda en las aceleraciones. Pero la electricidad no se obtiene con baterías, sino a partir del hidrógeno. En total suman una potencia de 110 CV, alcanzan 150 km/h y consiguen una autonomía de 250 kilómetros. Se fabricará en una serie limitada, destinada al mercado japonés, a partir de 2003. El hidrógeno es el combustible de este coche. Se almacena en unas bombonas de alta presión que van colocadas en el piso -debajo de los asientos traseros y el maletero- para no sacrificar apenas la habitabilidad. Las células de combustible, que transforman el hidrógeno en electricidad, son otro componente del sistema y están situadas en el vano del motor. El hidrógeno de las bombonas y el oxígeno del aire se mezclan en el interior de estas células y producen una reacción química que genera electricidad. Y sólo emite como residuo vapor de agua, que es lo único que sale por el tubo de escape. Pero Toyota ha anunciado para 2003 una evolución, denominada FCHV-5, que obtendrá el hidrógeno de un combustible especial producido a partir del petróleo. Así se podrán sustituir las bombonas por un depósito convencional más pequeño y ligero.

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