Una pistola ensangrentada
La pistola que disparó la bala que mató al inspector de policía Salvador Lorente Sánchez es la misma que causó la muerte, el pasado 11 de mayo, a Ángel Sánchez Pardo, de 52 años, y a su hijo mayor, Ángel Sánchez Nieto, de 26 años, en la calle de Antonio López, bajo el Puente de Praga, en el distrito de Usera, según informaron anoche fuentes policiales. En este incidente también resultó herido de gravedad Ricardo Sánchez Nieto, hermano del joven fallecido, al recibir dos disparos en el tórax y el abdomen.
Ángel Sánchez y sus dos hijos perseguían a un individuo de rasgos suramericanos que, en un momento dado, se volvió y abrió fuego contra sus perseguidores. Las víctimas eran de Valladolid y se dedicaban a la compraventa de coches de segunda mano.
La pistola, del calibre 9 milímetros corto, es la misma empleada en ese doble crimen que la que ayer fue utilizada para disparar contra el inspector del grupo de Homicidios.
La policía investiga ahora otras dos pistolas halladas en el registro del piso donde residían los dos colombianos.
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