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Irán extraditó a Arabia Saudí a 16 militantes de Al Qaeda

'La información que tenemos ha sido intercambiada con EE UU', declara el príncipe Saud

Irán, uno de los tres países que forman el eje del mal de Bush, cooperó con la lucha contra el terrorismo, al extraditar en junio a Arabia Saudí a 16 miembros de Al Qaeda, que habían huido desde Afganistán. Las extradiciones, que se produjeron en secreto, fueron reveladas ayer por el ministro de Exteriores saudí, el príncipe Saud al Faisal, en una entrevista con The Washington Post. 'Toda la información que tenemos sobre Al Qaeda ha sido intercambiada con EE UU', agregó el príncipe. Estas revelaciones se producen cuando las relaciones entre Washington y Riad no pasan por su mejor momento.

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'Pedimos que los entregasen y lo hicieron. Irán no sólo ha cooperado con Arabia Saudí en el conflicto en Afganistán, sino que ha cooperado ampliamente con EE UU', dijo el príncipe. El ministro de Exteriores insistió en que, pese a que Osama Bin Laden y varios de sus seguidores son de origen saudí, Riad comparte con Washington el objetivo de perseguir a la red de Al Qaeda.

'Toda la información que tenemos sobre Al Qaeda ha sido intercambiada con EE UU', insistió y dejó claro que las autoridades iraníes eran plenamente conscientes de que la información que obtuviesen sería compartida con los responsables de la lucha contra el terrorismo estadounidense. En mayo, miembros de los servicios de seguridad saudíes viajaron a Teherán para interrogar a los 16 detenidos, que fueron trasladados a Arabia Saudí en junio.

'Estados Unidos e Irán pueden hablar por sí mismos de la intensa cooperación entre los dos países', señaló el príncipe. En el pasado, el propio George W. Bush acusó a Irán de formar parte del eje del mal -junto a Corea del Norte e Irak, los países que apoyan el terrorismo y que tienen armas de destrucción masiva- y el Pentágono señaló que Teherán protegía a miembros de Al Qaeda que habían huido a su territorio desde la caída de los talibanes.

Hasta ahora, las autoridades iraníes habían reconocido la captura de unos 100 árabes que habían cruzado desde Afganistán; pero siempre habían negado que entre ellos hubiese miembros de Al Qaeda.

En las últimas semanas, las declaraciones de antiguos responsables de la Administración estadounidense en contra de Arabia Saudí, y de su papel en la lucha contra el terrorismo, se han multiplicado. Riad ha pasado de ser un aliado fundamental de Washington, una unión que alcanzó su punto clave en la guerra del Golfo hace 10 años, a convertirse en un país que levanta cada vez mayores sospechas entre la Administración de Bush desde el 11 de septiembre, que le acusa de extender el extremismo islámico.

'De repente, Arabia Saudí de ser un aliado incondicional ha pasado al centro de todo el mal en el mundo... En vez de lanzar acusaciones, hay que verificarlas y nada de eso se ha probado', dijo el príncipe Saud al Faisal. 'Sería el colmo de las contradicciones decir que financiamos a aquellos que están dispuestos a atacar nuestro país, pero estos hechos parecen haber sido olvidados'. Bin Laden, que fue privado de la nacionalidad saudí en 1994, ha reconocido muchas veces públicamente su intención de acabar con la monarquía saudí, que califica de decadente y a la que acusa de haber permitido que tropas de EE UU se instalen en la tierra que alberga los lugares santos del islam.

En la entrevista con The Washington Post, el príncipe saudí desgrana los principales movimientos del régimen saudí -una monarquía absoluta que pregona, y exporta, la versión más radical del islam, el wahabismo- en la lucha contra el terrorismo. Además de relatar la extradición de los 16 miembros de Al Qaeda, el príncipe asegura que, desde el año pasado, han sido interrogados en Arabia Saudí entre 2.000 y 3.000 ciudadanos saudíes que han luchado en Afganistán, Bosnia o Chechenia. De ellos, unos 200 permanecen encarcelados y han sido calificados por fuentes oficiales como 'muy cooperativos'. Según estas fuentes, han proporcionado valiosas informaciones sobre las células en las que se divide Al Qaeda, la dirección de la organización de Bin Laden y sus objetivos para futuros atentados.

El ministro saudí de Exteriores, el príncipe Saud, durante su reciente visita al presidente de EE UU, George W. Bush.
El ministro saudí de Exteriores, el príncipe Saud, durante su reciente visita al presidente de EE UU, George W. Bush.REUTERS

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