Las playas catalanas recuperan poco a poco la normalidad del verano
La prohibición de bañarse se mantenía ayer en 7 de las 150 playas controladas por Cruz Roja
Como es bien sabido, después de la tempestad siempre acaba llegando la calma. Los catalanes y los turistas olvidaron ayer la insólita meteorología de los últimos días y volvieron a buscar la toalla, la crema y el bañador. Eso sí, con calma. En una jornada serena, limpísima y soleada, con una temperatura ambiente de 22 grados en el litoral, y con la mar rizada, las playas de la ciudad de Barcelona, todas con bandera verde, registraron ayer una afluencia media del 54%, según informaron fuentes municipales. Mientras la Nova Icària tuvo una ocupación del 75% de bañistas, las de Sant Sebastián y Bogatell registraron una ocupación del 70%, la de la Barceloneta una del 60%, la Nova Mar Bella, una del 40%; y la Mar Bella, el 25% de afluencia.
Las tormentas, la lluvia, el granizo y los fuertes vientos van quedando atrás, y con ellos los cortes de tráfico en las carreteras, las inundaciones y las averías del suministro eléctrico.
A primera hora de la mañana de ayer la Nacional II a su paso por Montgat quedó reabierta al tráfico después de que el sábado por la tarde se tuviera que cortar la circulación en los dos sentidos por inundación de la vía.
Por otra parte, la compañía Fecsa restableció en la madrugada de ayer el suministro eléctrico a casi todos los municipios afectados por la tromba de agua y granizo que cayó la tarde del sábado. Las fuertes lluvias caídas anteayer originaron un manto de granizo en algunas localidades como Barcelona, Badalona,Montgat, Mollet del Vallès, Parets del Vallès o Esplugues de Llobregat. Según Fecsa, es imposible cuantificar el número de afectados aunque, al tratarse de transformadores de líneas de baja tensión, no han tenido una especial relevancia. La Dirección General de Protección Civil dio ayer por finalizado el aviso de alerta de fuertes precipitaciones que, a lo largo de esta semana, se ha cernido sobre toda Cataluña.
Bandera roja en pocas playas. Aunque la tromba de agua de la tarde del sábado hizo temer lo peor, ayer sólo se prohibió el baño en 7 de las 150 playas de todo el litoral catalán, 6 en el litoral tarragonés y 1 en el gerundense, informó ayer Cruz Roja. La bandera amarilla, que simplemente aconseja no bañarse, ondeó en cambio en 32 playas: 2 de la provincia de Girona, 4 de Barcelona y 26 de Tarragona. En el resto de las 111 playas catalanas ondeó bandera verde por encontrarse en condiciones de salubridad y con el mar en perfecto estado. La bandera roja se izó en las playas de Riells, en Castelló d'Empúries (Girona); en las de Cap Roig, Avellanes y Arenal, L'Ampolla, El Pipi y Delícies de Sant Carles de la Ràpita y Riumar, en Deltebre, en la provincia de Tarragona, sobre todo a causa del fuerte viento a lo largo de todo el litoral.
En Girona, las banderas amarillas ondearon en las playas de Empuriabrava y Muga (Castelló d'Empúries), y en Barcelona, en las de Almadrava y Astilleros (Vilassar de Mar), en la de Cabrera de Mar y en la de Sant Adrià de Besòs, en estos últimos casos por la suciedad vertida al mar desde las rieras o por alguna rotura en las tuberías de las cloacas.
En la provincia de Tarragona no se aconsejó el baño en las playas de Cunit, en las de Masmel, Segur de Calafell y Calafell, en las de Sant Salvador, Coma-ruga y Francàs (El Vendrell), en la de Roda de Barà, en la de Altafulla, en las de Miracle, Rabasada, Savinosa, La Llarga, La Mora y Tamarit (Tarragona), en La Pineda y El Recó (Vila-seca), y en Les Cases (Alcanar). También hubo bandera amarilla en Cap de Sant Pere, Vilafortuny, Regueral, El Dorado, Horta de Santa Maria, La Llosa, L'Ardiaca y L'Esquirol, en Cambrils.
Así, las playas de la Costa Dorada registraron ayer menos de la mitad de la ocupación normal. Debido al fuerte viento, las oficinas de turismo registraron ayer el doble de visitas de turistas -que ocupan el 90% de las plazas hoteleras-, en busca de actividades alternativas al sol y a la playa, informa Oriol Aymí. En Girona, a pesar de que la ocupación hotelera roza el 90%, los cámpings han perdido el 15% de su clientela debido al tiempo inestable, informa Cristina Parals. En el Maresme llueve sobre mojado: apenas recuperado de las tormentas de marzo, en poco más de una semana ha sufrido dos nuevos temporales.
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