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Reportaje:Historias del comer

Delicias minúsculas

La Parte Vieja de San Sebastián alberga múltiples propuestas para comer pinchos de lujo

Las tapas, pinchos o banderillas son una modalidad culinaria específicamente hispánica y estrechamente ligada a ese singular ejercicio indistintamente conocido como tapear, chatear, ir de tascas, chiquitear o, en lenguaje más juvenil, el poteo, ya sea con vino o con cerveza.

Si hay un itinerario inigualable para esta actividad, acompañado por un picoteo de lujo, ese es, sin duda, el de la Parte Vieja donostiarra, sobre todo en los animados días de Semana Grande, como la que hoy comienza.

El recorrido se puede iniciar en la calle Mayor arrancando por la más histórica de sus tabernas, Casa Alcalde, justo a los pies de la iglesia de Santa María, bajo la imagen del asaeteado patrono de la ciudad. De la calle Mayor a la calle 31 de Agosto apenas hay un paso. Es ésta una de las vías donostiarras por excelencia. No en vano, fue la única que se salvó de la destrucción de la capital en 1813 a manos de las tropas inglesas. En ella los bares conviven en perfecta armonía con las sociedades gastronómicas, donde se rinde culto diariamente al buen comer.

Mucha historia y excelentes establecimientos se congregan en esta calle y en las plazuelas adyacentes que acercan al atrio de la restaurada iglesia de San Vicente. Es el caso de los bares (alguno de ellos también restaurante) Clery, Martínez, La Viña, Gaztelu, Trapos y, sobre todo, La Cuchara de San Telmo, con sobresalientes pinchos vanguardistas.

En la Constitución

Por la calle Narrica se llega a uno de los lugares más emblemáticos de la zona y de toda la ciudad: la Plaza de la Constitución, primitiva plaza de toros de forma rectangular, presidida por el edificio del antiguo Ayuntamiento, desde el que hoy se iza y arría la bandera local cada 20 de enero cuando San Sebastián celebra a su patrón.

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No hay duda de que esta plaza porticada sigue siendo el centro neurálgico de casi todo. En ella tiene cabida buena parte de las actividades lúdicas que se celebran a lo largo del año, como, por ejemplo, el 21 diciembre, día de Santo Tomas, con su imponente feria previa a la Navidad.

La plaza es visitada a diario por miles de personas que acuden allí a comer un pincho o sentarse en sus agradables terrazas, sobre todo por la noche.

En este lugar no pueden dejar de visitarse dos clásicos locales que se encuentran ubicados en una de sus entradas: el Astelena (inolvidables resultan la pastela de merluza y sus cremosas croquetas) y el bar Tamboril, con sus mitificados champis. En las calles por las que se accede o se sale de la Consti, como se conoce popularmente a la plaza, se encuentran las exquisiteces del Txepetxa, sobre todo por sus anchoas puestas de mil formas, el gran ambiente del Ganbara y los pinchos hogareños del multitudinario Aralar, entre otras muchas ofertas aceptables.

La calle de Fermín Calbetón es la más larga y la más animada de la Parte Vieja. Antaño llamada Puyuelo, en este tramo del recorrido se pueden encontrar bares en un portal sí y en otro también. Por ello, las recomendaciones son difíciles de ofrecer, de forma que este muestreo resulta aquí, más que en ningún otro caso en esta zona, muy escaso. Se pueden destacar los bares Munto, Beti Jai, Borda Berri, Izkiña o Goiz Argi, así como uno histórico renovado recientemente, el bar Sport.

Al final de esta calle se llega al llamado ensanche Oriental y de frente se encuentra la plazuela de la Brecha, donde se ubicaba antes uno de los mercados de mayor solera de la ciudad, hoy, por desgracia, soterrado y sobre el que se ha instalado un manido centro comercial al uso.

Y ya casi junto al Cantábrico se encuentra una calle de mucho empaque: Aldamar. Allí, junto al histórico bar Cubi, se encuentra el populoso Haizea y una de las tabernas más modernas de la ciudad: Iturrioz 2, con pinchos también en consonancia con su diseño, muy en la onda actual.

Hágalos en casa

Santiago Rivera, propietario y cocinero de La Viña (31 de agosto, 3), uno de los más interesante bares de la Parte Vieja donostiarra, acaba de lanzar al mercado un vídeo expresivamente titulado Hoy, los pintxos de San Sebastián, los haces tú. Este joven cocinero autodidacto nos enseña en la misma a oficiar alguna de estas delicadezas en miniatura, muchas de ellas de su propia cosecha y algunas, las más representativas de su taberna: el chorizo a la sidra, las cañas de chistorra, los crocantes canutillos de queso fresco con anchoa, los erizos gratinados al cava, los crujientes de gambas y verdura o las cestas de hongos, entre otros. Y, de remate, figuran dos postres: su peculiar tarta de manzana y su suculenta tarta de queso. La edición incluye además un folleto con las recetas correspondientes. - Vídeo: Hoy, Los pinchos de San Sebastián los haces tú. Bar restaurante La Viña, con la colaboración del Convention Bureau. Duración: 45 minutos; precio: 18 euros.

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