Un escondrijo con papeles

El número de inmigrantes detenidos el pasado jueves en el campus de la Universidad Pablo Olavide (UPO) de Sevilla ha quedado fijado en 275, dos más de los que el jueves comunicó el Ministerio del Interior. La gran mayoría son originarios de Argelia, 271. A ellos se suman dos ciudadanos marroquíes, un maliense y una mujer de Rumania, según aseguraron ayer fuentes del equipo de fiscales que trabaja en el asunto en los juzgados de Dos Hermanas. El caso de Adriana Covaci, la única mujer que se encerró el pasado 10 de junio en la UPO, tendrá un tratamiento singular porque carece de documentación: perdió su pasaporte durante un incendio ocurrido en la chabola donde malvivía en Huelva. Antes de tomar una decisión administrativa o judicial sobre su futuro, será necesario que las autoridades diplomáticas de su país le expidan un nuevo pasaporte.

No es el caso de otros inmigrantes que declararon ayer ante la policía que carecían de documentación, una triquiñuela habitual para tratar de evitar los procedimientos de expulsión. Para muchos de ellos este argumento se desbarató durante las labores de registro efectuadas ayer en el campus por la policía, que les permitieron descubrir un escondrijo donde muchos inmigrantes habían guardado buena parte de su documentación, según fuentes universitarias.

El temor a la expulsión está provocando 'ataques de ansiedad' entre los detenidos, según Médicos de Mundo. El equipo de la organización ha atendido en dependencias policiales a unos 70 inmigrantes con síntomas de fatiga.