Ingresan en prisión el armador y el capitán de un barco 'negrero' con 20 subsaharianos
Los inmigrantes viajaron a Lanzarote en condiciones "peores que en el XVIII", según la policía
La madrugada del pasado sábado, el pesquero español Ocean King atracó en el puerto de Arrecife, capital de Lanzarote, con 20 subsaharianos indocumentados hacinados en su bodega. Una casualidad permitió a la policía descubrirlos. El juez ha enviado a prisión al dueño del barco, Marcial B. C., y a su capitán, un mauritano que responde por Mohamed E. D. Los agentes intentan ahora localizar al hijo del armador, Juan Carlos B., que reside en Nuadibú (Mauritania) y al que acusan de captar a los inmigrantes.
Marcial B.C. y Mohamed E.D. ingresaron ayer en la prisión de Tahíche, en Lanzarote, acusados de un presunto delito contra los derechos de los extranjeros. Los cuatro tripulantes del pesquero (un español, dos mauritanos y un ciudadano de Guinea Bissau) fueron puestos en libertad.
El barco, un cascarón rojo y blanco de bandera senegalesa y 22 metros de eslora, permanece amarrado en Puerto Naos, el muelle pesquero de la isla. Los policías que lo inspeccionaron afirman que las condiciones en las que viajaron los subsaharianos 'eran peores que las de los esclavos del siglo XVIII'. Iban hacinados en ocho pequeñas bodegas destinadas al pescado y carentes de ventilación y aseos.
A pesar de que los agentes habían recibido informaciones de que el Ocean King se dedicaba al tráfico de seres humanos y lo investigaban desde hace cuatro meses, una casualidad hizo que se toparan en la madrugada del sábado con 10 subsaharianos que acababan de desembarcar.
Cuando llegaron al buque, encontraron a otros diez irregulares. Inmediatamente detuvieron al capitán y a los tripulantes. Poco después se presentó el dueño del barco, Marcial B. C., con 20 pasaportes en la mano. Como no coincidían con la identidad de los inmigrantes, también lo detuvieron.
La policía afirma que un hijo del armador, llamado Juan Carlos B., que reside en Nuadibú desde hace años, es el encargado de reclutar a los subsaharianos que desean trasladarse ilegalmente a Lanzarote. Varios de los inmigrantes detenidos han declarado que su actividad es muy conocida y que su red de contactos es tan eficaz que acuden a él gentes de toda el África subsahariana.
Por el viaje de cinco días en las bodegas del Ocean King, Juan Carlos B. les cobraba entre 2.500 y 3.000 euros, en dólares. La policía, que ya ha solicitado la colaboración de las autoridades de Mauritania para interrogar a este individuo, calcula que sólo en los últimos meses puede haber introducido en Canarias a unos 60 inmigrantes.
Los agentes no descartan nuevas detenciones, bien vinculadas a este caso o bien a otros barcos usados para traficar con seres humanos. No es la primera vez que se habla en la isla de armadores que, una vez cobrado el dinero, hunden sus buques en el Atlántico, con los inmigrantes dentro.
El armador del Ocean King, Marcial B. C., es llamado popularmente El Salao. Es muy conocido en Lanzarote por su anterior actividad de chatarrero y deportista de lucha canaria. Salvador Toledo, cofrade mayor de la Cofradía de Pescadores de San Ginés, asegura que está 'muy sorprendido' porque 'El Salao siempre ha sido, como todos los luchadores, noble y muy buena gente'. De la misma opinión es Andrés Cedrés, consejero de la empresa Yaiza-atún: 'Iba a pescar a Mauritania con las nasas y descargaba en Tenerife; es un auténtico luchador'. Ambos descartan que otros propietarios de pesqueros estén implicados en hechos similares.
El negocio de la chatarra le dio a Marcial B. C. para comprar varios camiones en los que transportaba atún desde el puerto hasta la conservera. Con lo obtenido por la venta de unos locales, adquirió hace tres años, por 120.200 euros, el pesquero, que puso a nombre de su hija.
La policía le investigaba desde abril a raíz de que en varias ocasiones 'se le escaparan tripulantes al llegar a tierra'. El 11 de julio el barco fue inspeccionado sin resultado en Santa Cruz de Tenerife, donde se sospecha que también ha desembarcado inmigrantes.
Los veinte subsaharianos que viajaban en el Ocean King han sido trasladados al centro de retención del aeropuerto de Lanzarote, a la espera de ser repatriados. Seis proceden de Sierra Leona, cuatro de Guinea Bissau, tres de Senegal, tres de Liberia, otros tres de Guinea Conakry y uno de Mali.
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