El 15% de la superficie andaluza está desertificada en grado alto o muy alto

Uno de los principales problemas de Andalucía es el proceso de desertificación. En la comunidad autónoma este problema afecta a un 30% del territorio, del que un 15% (1,3 millones de hectáreas) lo sufre en grado alto o muy alto. La provincia de Almería supera, con un 18%, ese porcentaje. Entre las causas se encuentran la erosión y la contaminación del suelo y los acuíferos.

Los procesos de desertificación suponen para Andalucía una pérdida anual de 71 millones de euros. Los datos se ofrecían en la presentación en Almería del Plan Andaluz de Control de la Desertificación, que aplicará la Junta en un horizonte de 10 años, desde 2003, con un presupuesto de 12.500 millones de euros.

'La desertificación supone una disminución en la capacidad productiva de los suelos y una merma en los recursos hídricos, además de que atenta directamente contra la biodiversidad', explicó el secretario general de Políticas Ambientales, Antonio Llaguno.

La trascendencia del problema y la variedad de sus causas han llevado a la Consejería de Medio Ambiente a proponer un conjunto de programas que impliquen a todos los sectores sociales y administraciones públicas en el tema.

A los siete programas específicos que integran el plan se añadirá la elaboración de una normativa que contemple la protección del suelo frente a las malas prácticas agrarias, la ordenación de superficies de regadíos en invernaderos basada en la sostenibilidad del riego y el impulso a la utilización de aguas recicladas en la agricultura, entre otros.

Entre las principales causas que generan este proceso en la provincia de Almería, además de la erosión, se añaden la salinización y la contaminación del suelo. Estos factores afectan de forma 'especial' a los terrenos de nueva agricultura en las zonas de litoral debido al uso de pesticidas y fertilizantes.

A su vez, la sobreexplotación y contaminación de acuíferos o la intrusión marina son otros 'graves problemas' que se han visto acentuados a lo largo de los últimos años por el aumento de los regadíos expandidos en el litoral almeriense.