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'La beca estaba concedida, pero dijeron que no había recursos'

Carmen Morán Breña

Las becas compensatorias tenían el objetivo de ayudar a las familias más pobres mientras sus hijos estudiaban en la universidad. Pero el pasado 28 de mayo, el Ministerio de Educación mandó un fax a las universidades anunciando que para recibir esas ayudas no bastaba ya que la familia tuviera unas rentas muy bajas (inferiores a 6.300 euros anuales para las familias de tres miembros), sino que además debían pertenecer a un colectivo muy desfavorecido. Los nuevos criterios implican que 8.000 estudiantes se han quedado sin la beca compensatoria. ¿La razón? Que el ministerio ha preferido dedicar el dinero a otros fines.

'He oído que no admiten reclamaciones porque ya está agotado el presupuesto. ¿Y qué voy a hacer? Intentaré trabajar de azafata, o hacer horas en un telepizza', dice Jennifer González, de Canarias. Una de esas voces que no llegan a los despachos. Como la de Idayra Delgado, que también estudia en La Laguna (Santa Cruz de Tenerife): 'Me dieron la compensatoria en COU, y a mi hermano se la han dado este año, pero a mí no. No me lo explico. ¿Hay muchos casos como el mío?'.

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Hay muchos, en efecto. Uno es el de José Antonio Martínez, de Galicia: 'Vivimos en casa con mis abuelos. A mi hermana no se la han dado nunca. A mí, siempre, hasta este año, y no lo entiendo, porque mis padres ganan lo mismo'.

La canaria Andrea Costa explica: 'Llamé a Madrid porque no entendía nada y me dijeron que la beca estaba concedida, pero que no me la daban por falta de recursos. Me dijeron que llamara en febrero, que faltaba dinero y que había que esperar. Volví a reclamar en mayo, y en esta ocasión ya no hubo respuesta. A mi hermano, que hace 3º de Derecho, sí se la han dado'.

Los requisitos para que las familias más humildes reciban una ayuda compensatoria se han endurecido. Ahora no basta con ser pobre. Ahora también hay que ser huérfano, o depender de un progenitor soltero, viudo, parado, separado. Los chicos que se han quedado este curso sin beca compensatoria no se están muriendo de hambre, pero para estudiar necesitan algo más que comida.

'Mis padres han declarado lo mismo que el año anterior, y me sorprendió que no me dieran la beca', dice el gallego Antonio Martínez Iglesias. Le quedan tres asignaturas para acabar Telecomunicaciones, pero su padre es agricultor. Y los agricultores no pasan hambre. Adiós a la beca.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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