Un atentado suicida causa cinco heridos en el centro de Jerusalén

Un palestino de 17 años se inmoló ayer en la entrada de un establecimiento de comida rápida en el centro de Jerusalén oeste. Cinco personas resultaron heridas como consecuencia de la explosión, que causó pequeños daños materiales. Las fuerzas de seguridad continúan en estado de alerta para prevenir otros atentados de venganza por el reciente asesinato del dirigente del brazo armado de Hamás, Salá Shahada. En otro incidente, dos hermanos israelíes fueron asesinados en una cantera del norte de Cisjordania.

La pericia de un agente de la Policía Nacional evitó lo que podía haber sido un atentado de mayores dimensiones. De haber llegado a una zona peatonal, ya hubiera sido el área comercial de la plaza de Sión o el mercado de Mahane Yehuda, el número de víctimas hubiera sido considerable. Afortunadamente, todo se quedó en cinco heridos, cuatro de ellos leves.

'Estábamos patrullando y vimos a un joven vestido con un polo y unos vaqueros, que además portaba una bolsa negra, pero no nos pareció sospechoso', comentó el agente Ofir Yona. 'Pero al vernos él a nosotros se metió en un establecimiento y explotó', añadió el oficial durante una pequeña rueda de prensa improvisada frente al lugar de los hechos. El suicida yacía todavía en la acera, moribundo y desmembrado, mientras los artificieros se cercioraban de que no hubiera otros explosivos en las inmediaciones.

Después de felicitar al agente en cuestión, el jefe de la Policía de Jerusalén, Micky Levy, aseguró que aunque no hay amenazas concretas, las fuerzas de seguridad continúan en un estado de alerta general. Poco antes de que tuviera lugar la explosión, el director del Shabak (servicio de inteligencia interior) informaba a la comisión de Asuntos Exteriores y Defensa del Parlamento de que el número de chivatazos sobre posibles atentados ha vuelto a aumentar.

Por otro lado, dos hermanos israelíes, de 52 y 60 años, murieron al ser ametrallados junto a su camión cuando se encontraban en una cantera de la localidad de Yamain, entre el asentamiento de Ariel y la ciudad autónoma de Nablús, en Cisjordania. Según testigos oculares, el doble asesinato fue perpetrado por dos encapuchados que desaparecieron después de tirar los cadáveres a la cantera. Al igual que ocurriera el pasado viernes con el asesinato de cuatro colonos cerca de Hebrón, la emboscada tuvo lugar en zona B, es decir, bajo control de seguridad israelí.