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Reportaje:

'¡Visca Cuenca!'

El hijo de un comandante republicano que estuvo en el Parlament en el 39 preside la Casa de Cuenca de Barcelona

'El día que mi padre me explicó que en el 39 estuvo defendiendo el Parlament me sentí más catalán que nunca. Por eso las palabras de Pujol me han molestado tanto'. Así hablaba ayer Luciano Pérez Valdeolivas, de 54 años, presidente de la Casa de Cuenca de Barcelona, a propósito de la polémica creada por las declaraciones del domingo del presidente de la Generalitat, en las que aseguraba que el proyecto del PP y del PSOE es que 'Cataluña debe ser como la provincia de Cuenca'.

Pérez Valdeolivas es hijo del que fuera comandante de transmisiones del Ejército republicano Luciano Pérez López, un militar que actuaba como enlace del Estado Mayor del Ejército. Llegó a Barcelona herido después de la batalla del Ebro y junto al mítico Campesino. Aquí estuvo hasta días antes de la caída de Barcelona, el 26 de enero de 1939; después acabó, como tantos, en los campos de concentración de Argeles, hasta que recuperó la libertad. Luego regresó a España, fue detenido de nuevo y acabó en la cárcel Modelo.

'La tierra que se defiende con sangre es más tierra tuya', dice Luciano Pérez
'Qué más quisiéramos que el Gobierno tratase a Cuenca como trata a Cataluña'

'Yo creo que la tierra que se defiende con sangre es más tierra tuya', asegura Pérez Valdeolivas como forma de reivindicar su catalanidad. 'A Pujol se le ha calentado la boca, posiblemente porque estaba con las juventudes de su partido, y ha venido a decir que los catalanes que procedemos de Cuenca somos el culo de España y eso es intolerable', añade. Él llegó a Barcelona en 1970 y asegura que no le costó nada integrarse. Tampoco a los 70.000 conquenses que llegaron a vivir a Cataluña a finales de los años ochenta. Con la democracia llegó también un mayor desarrollo de esa provincia de Castilla-La Mancha, y miles de conquenses volvieron a sus tierra de origen. Ahora se calcula que puede haber unos 50.000 en Cataluña.

Pero Pérez Valdeolivas decidió quedarse. Suena a tópico, pero él reivindica su contribución y la de la inmigración al desarrollo económico y social de Cataluña. También cultural. Cuando el Parlament aprobó la Ley de Política Lingüística él era vicepresidente de las influyentes casas regionales que había en Cataluña y logró que triunfara la tesis de que era una buena ley 'siempre que se aplicara con tacto, cosa que a veces no ha pasado'.

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La Casa de Cuenca tiene 1.318 socios y es una de las primeras casas regionales que se abrió en la ciudad, en 1960, hasta el punto de que en el barrio del Clot de Barcelona es una entidad muy arraigada. 'Creo que Pujol se ha pasado y por eso espero que rectifique. Yo podría aceptar que se quejara de que el Gobierno trata a Cataluña como a Cuenca, pero lo que no se puede disculpar es que diga que el proyecto del PP y del PSOE es que Cataluña sea como Cuenca, porque eso comporta un tono despectivo'.

Y recuerda al comandante del Ejército republicano que pasó 14 meses en la Modelo, afrontó dos juicios en los que le pedían pena de muerte y al final quedó en libertad. Regresó a Cuenca, pero nunca olvidó Cataluña, afirma su hijo. Volvió con su familia en lo que fueron las últimas hornadas de inmigración, pues a finales de los años sesenta llegó un buen grupo de conquenses a Cataluña, un dato desconocido por estudiosos de la materia. El cierre de unas minas situadas en la localidad de Carboneras de Guadazaón explica la llegada de unos 830 inmigrantes procedentes de Cuenca que fueron a instalarse en Pont de Vilomara (Bages). La mayoría acabaron trabajando en una fábrica textil que cerró hace años.

Un hijo de aquellos inmigrantes es el actual alcalde del municipio, Evaristo de la Torre, del PSC, que lleva tres mandatos en el cargo y que es primo de Pérez Valdeolivas. Ayer, el presidente de la Casa de Cuenca habló con el alcalde de esta ciudad manchega y coincidieron, pese a sus diferencias políticas en que la comparación realizada por Pujol, probablemente al azar, había sido, cuanto menos, desafortunada. 'Creo que debe rectificar públicamente', insistía Pérez Valdeolivas.

No era el único que pensaba así. También comparte ese criterio Juan Carrasco Torres, presidente de la Federación de Comunidades Originarias de Castilla-La Mancha en Cataluña. 'El problema de Pujol es que debería estar gobernando solo, pero como depende del PP por eso le pasa lo que le pasa. ¡Y así vamos los catalanes! ¡Los de aquí y los de adopción!', afirma. Carrasco, como Pérez Valdeolivas, no esconde su respeto hacia la significación que tiene la figura del presidente de la Generalitat, pero no por eso se muerde la lengua. 'Una persona con el cargo que tiene Pujol no debería decir esas cosas'. Por eso le piden que haga valer su talante nacionalista en sus discursos políticos y que evite comparaciones. 'Que defienda Cataluña y que deje a los demás pueblos vivir', añade Carrasco, que es también presidente del Centro Castellano-Manchego de Sant Cugat del Vallès. '¡Qué más quisiéramos algunos que el Gobierno tratara a Cuenca como ha tratado a Cataluña!', asegura.

'Las palabras de Pujol me han herido'

'Me siento discriminado y herido por el cariño que siento hacia mi tierra de origen'. Son palabras de un inmigrante conquense singular, Vicente Torralba Soriano, de 66 años y uno de los abogados especializados en derecho civil más reconocidos que hay en Barcelona. Ayer, Torralba no salía de su asombro, por las declaraciones del presidente de la Generalitatat, Jordi Pujol, y recordaba que él mismo lo ha presentado en al menos cuatro ocasiones con motivo de otras tantas conferencias pronunciadas por el líder nacionalista en la elitista escuela universitaria Abat Oliva.

Y es que Torralba fue durante 15 años director de ese centro, cantera de numerosos cuadros empresariales y políticos que ahora ejercen como tales. Un centro que en su época de esplendor llegó a tener hasta 2.100 alumnos y del que el propio presidente de la Generalitat ha dicho en varias ocasiones que era una universidad ejemplar.

'Pienso que Pujol ha sido extraordinariamente despectivo porque todos sabemos las enormes diferencias que hay entre Cataluña y Cuenca. No hace falta que nos las digan de esta manera', sugería ayer Torralba. 'Pienso que Pujol tiene un concepto equivocado de Cuenca y de los conquenses y por eso me siento discriminado y me han herido sus palabras', añadía.

Torralba llegó a Barcelona en 1977. Por entonces ya hacía seis años que enseñaba derecho civil en las universidades de varias ciudades españolas. Primero, como profesor y después, como catedrático. Pero donde cuajó su carrera profesional fue en la capital catalana. Después de pasar por la Universidad Autónoma, dirigió el Abat Oliva y al final lo acabó dejando todo y se jubiló para dedicarse por entero a su despacho del paseo de Gràcia, que comparte con su hija Mara.

A la vista de esta trayectoria profesional, dudar de la integración social de Torralba y de su familia resulta casi ofensivo, al igual que sucede con la práctica totalidad de los inmigrantes. 'Todos hemos trabajado por esta tierra y que el Gobierno trate mal a Cataluña no implica que se desee que lo haga también con Cuenca', concluye.

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