Presupuestos de Getxo
Estos últimos días estoy recibiendo críticas a mi actuación en el último pleno del Ayuntamiento de Getxo. Como expliqué en mi intervención al razonar mi postura abstencionista a los presupustos, que en nada influía en el resultado de la votación, mi voto era un simple gesto en respuesta al talante que el equipo de gobierno había mostrado en esta ocasión, dispuesto a retirar ciertas partidas presupuestarias, la posible disminución de otras y el aumento de aquéllas que más nos interesaban.
Como dejé claro, no era el momento de entrar a negociar, pero su actitud indicaba que preferían pactar con nosotros que con Batasuna. La intención de mi gesto, aparte de desmarcarme del PP, era un cabo tendido para lograr acuerdos a medio plazo que terminaran con la inercia política actual y el frentismo. Por llevar la contraria al PNV, hemos llegado a votar en contra de actuaciones y proyectos que figuraban en nuestro programa electoral.
Como dijo el secretario general de mi partido, Patxi López, en el último congreso del PSE: 'Basta de hacer seguidismo del PP. Tenemos un proyecto propio de país. Tenemos la suficiente sensibilidad social, serenidad, sentido común y responsabilidad para no fallar a nuestro pueblo y a nuestros votantes, que nos demandan iniciativas con urgencia'.
Algunos militantes socialistas sufrimos una doble persecución en este país. Por un lado, los violentos de siempre y, por otro, la de los guardianes del pensamiento único (PP y algún sector del PSE), que están siempre al acecho, como en esta ocasión la portavoz del PP en Getxo, Marisa Arrue, que, aparte de no presentar ningún proyecto para el pueblo, se dedica al linchamiento de los que no piensan como ellos.
Me acusa incluso de abrazar el bloque de Lizarra por mi nimio gesto. Señora Arrue, si me pone en la tesitura de elegir entre ustedes y el PNV, siempre y cuando ello no perjudicara los intereses de mi partido, no tendría la menor duda.
Yo, que a pesar de las actuales circunstancias hago vida de pueblo, sé que los ciudadanos de Getxo nos reclaman a los políticos municipales más políticas de consenso, menos confrontación y más sentido común. La señora Arrue ha demostrado que no lo tiene.
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