Chávez propone crear un nuevo 'FMI' y una nueva 'OPEP' sólo para Latinoamérica

'El neoliberalismo es el camino al infierno. Tenemos que crear otros modelos, como decía Simón Rodríguez, que sean pertinentes con nuestras realidades. ¿Hasta cuándo vamos a seguir copiando los modelos neoliberales que nos quieren imponer?', se preguntó el presidente venezolano, Hugo Chávez, a su llegada a Guayaquil (oeste de Ecuador), donde ayer se inauguró la II Cumbre Suramericana, a la que han acudido 10 presidentes de los 12 países del continente con el objetivo de consolidar la integración regional a través de acuerdos económicos y planes de desarrollo conjuntos.

El presidente venezolano propuso en sus primeras declaraciones a la llegada a la cumbre la creación de un Fondo Humanitario, dirigido a resolver los problemas sociales y económicos de la región. 'Así como existe un Fondo Monetario Internacional, vamos a crear un Fondo Humanitario Internacional, alimentado fundamentalmente con un porcentaje de la deuda externa de nuestros países. ¿Por qué no dedicar una cifra considerable para luchar contra la pobreza?'. Según dijo, 'la creación de dicho fondo no debe ser regido por los principios del neoliberalismo, que imponen condiciones para prestarnos un poquito de dinero con intereses a veces imposibles de pagar'.

El presidente venezolano anticipó, además, que propondrá en esta II Cumbre Suramericana la creación de un organismo petrolero suramericano, al estilo de la OPEP. '¿Por qué no formamos una especie de Petroamérica, una empresa multiestatal petrolera, gasífera y energética, que regule la producción, exportación y precio. Los países desarrollados están necesitados de mucha energía para el futuro y nosotros somos grandes proveedores que actualmente resultamos marginales', aseguró Chávez, quien también alertó de los peligros del establecimiento del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). 'Si no se negocia bien, podría convertirse en un mecanismo de integración desintegrador, que integre a los grandes y desintegre a los pequeños. Primero es necesario fortalecer la unión del Sur, para luego negociar con el Norte', indicó.

Los mandatarios de los 12 países suramericanos presentes en la cumbre, con la excepción de Surinam y Uruguay, y que engloban a una población de mas de 300 millones de personas, darán continuidad a la Primera Cumbre Suramericana, celebrada en Brasil en agosto de 2000, con el objetivo de impulsar acciones para crear un espacio económico común suramericano que promueva el desarrollo sostenible.

El tema de la seguridad también estará presente en esta cumbre ante la creciente desigualdad social de este continente, donde la pobreza afecta a 6 de cada 10 habitantes, y donde esta situación se manifiesta de modo alarmante en brotes guerrilleros y en el auge de la corrupción pública.

La declaración de esta cumbre, que será firmada en las próximas 24 horas, incluye además temas como la participación conjunta en procesos de inversión en obras de infraestructura, especialmente en el sector hidráulico, hidroeléctrico, vial, fluvial y de comunicaciones, para impulsar el incremento de competitividad regional, mejorar el comercio y afrontar 'el reto de la globalización' en palabras del presidente de Ecuador, Gustavo Noboa, pronunciadas durante la ceremonia inaugural de la cumbre.

Esta integración incluye bloqueo ante las negociaciones del tratado del ALCA y con la Organización Mundial de Comercio (OMC). Asimismo serán ineludibles temas como la crisis argentina, que ha hecho tambalear la estabilidad económica de la región y ha golpeado con particular fuerza a Brasil, Paraguay y Uruguay, nación que hasta hace siete meses exhibía algunos de los mejores indicadores económicos y financieros de América Latina y que hoy atraviesa una grave crisis. Como novedad, asistirán a la cumbre organismos multilaterales de crédito, como el Banco Mundial, la Corporación Andina de Fomento y el Banco Interamericano de Desarrollo, que presentarán propuestas para la financiación de proyectos que mejoren la capacidad económica de la región.

La convocatoria se desarrollará en el marco de una cierta incertidumbre política. La mayoría de los jefes de Gobierno que asistirán a la cita se ven debilitados en su liderazgo, por problemas internos o por el fin de su mandato, comenzando por Ecuador, cuyas elecciones presidenciales se realizarán el próximo octubre. En Colombia, Andrés Pastrana no ha logrado conseguir pacificar el país, que vive un conflicto interno sin precedentes. En Venezuela, Chávez afronta una severa crisis institucional y el acoso de sus opositores, que insisten en destituirlo. Argentina adelantó las elecciones seis meses, en un intento por relegitimar sus desprestigiadas instituciones. Brasil es también víctima del nerviosismo de los inversionistas en vísperas de las elecciones en octubre próximo, donde el candidato favorito en las encuestas es el izquierdista Lula da Silva.