Vivendi recibe otro batacazo en la Bolsa pese al anunciado cambio de presidente

Jean-René Fourtou, de 63 años, especialista en reorganizar empresas, tomó anoche las riendas de Vivendi Universal como nuevo presidente y director general, en una reunión del consejo a la que no asistió su antecesor, Jean-Marie Messier. El consejo decidió dar prioridad 'a la transparencia financiera y a la resolución de los problemas de tesorería a corto plazo'. Al consejo se incorporan Claude Bébéar, director del consejo de vigilancia de la aseguradora Axa, con peso en el capitalismo francés, y Gérard Kleisterlee, presidente de Philips, segundo accionista de Vivendi Universal. El grupo perdió ayer el 21,91% en Bolsa.

'En las dos próximas semanas se tratará con determinación todo lo que sea posible en la gestión de la tesorería a corto plazo', aseguró el nuevo presidente de Vivendi, en una declaración difundida a los medios de comunicación. Fourtou se manifestó confiado 'en la capacidad del grupo para resolver sus problemas de tesorería' y en sus posibilidades de abordar positivamente el futuro, 'en el momento en que trabajamos para restablecer la confianza y la salud de nuestro grupo'.

Los bancos acreedores, como BNP Paribas y la Société Générale, se esforzaron en dar señales de que ayudarán al nuevo equipo. El caso de Vivendi Universal 'es exactamente el opuesto al de Enron', comentó ayer una fuente bancaria francesa.

Activos

'Vivendi Universal cae en la bolsa pero tiene activos en su interior de verdadero valor; mientras que Enron valía cara en la bolsa, pero dentro no había nada', añadió la misma persona. Estos análisis invitan a pensar en una programación de importantes cesiones de activos, para generar liquidez con la que calmar las inquietudes sobre una eventual crisis de tesorería.

El nuevo equipo se da tres meses para efectuar un diagnóstico de la situación financiera y estratégica. El primer consejo de la era post-Messier comenzó tras el cierre de la Bolsa de París, en la que el título de Vivendi Universal terminó la sesión a 13,90 euros, tras una caída del 21,91%. A la nerviosa jornada del martes, en que cambió de manos más del 5% del capital del segundo grupo mundial de comunicación y perdió más del 25% de su valor, sucedió ayer otra venta masiva del título de Vivendi, estimada en más del 4% del capital. La acción de Vivendi llegó a superar los 150 euros el 10 de marzo de 2000 y en lo que va de año, que empezó a 61,50 euros, ha perdido el 77,40%

Fourtou, un anti-Messier, es el hombre que reestructuró la empresa química Rhône-Poulenc y la fusionó con la alemana Hoechst, lo cual permitió crear, en 1998, la multinacional farmacéutica Aventis. Se le considera bien visto en el entorno del presidente de la República Francesa, Jacques Chirac, que en 1986 era jefe del Gobierno cuando nombró a Fourtou como presidente de Rhône-Poulenc.

Su afinidad política con el primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, debería servirle de ayuda para desenredar una madeja tan complicada como la que ha caído en sus manos. Últimamente estaba retirado de las funciones ejecutivas, pero permanecía en el comité de vigilancia de Aventis.

El consejo de Vivendi Universal no aclaró la respuesta que se dará a la indemnización reclamada por Jean-Marie Messier. El ex presidente 'no tiene garantía de ninguna clase' sobre el monto de sus indemnizaciones por dejar el cargo, según aseguró uno de los miembros del consejo de administración, Marc Viénot, a la vista de las especulaciones que situaban tales exigencias entre los 12 y los 20 millones de euros.

Amenaza de querella

Muy combativa siempre contra Messier, la presidencia de la Asociación para la Defensa de los Accionistas Minoritarios, Colette Neuville, se apresuró a amenazar con una querella en caso de que el ex responsable de Vivendi Universal obtenga 'un solo euro'.

Una vez presentada la dimisión que le han pedido, Messier se ha marchado a Nueva York, donde posee una casa y se encuentra instalada su familia desde septiembre de 2001. Antes de marcharse, Messier puso nombre y apellido al que considera principal responsable del desplome de Vivendi Universal: Charles Bronfman, un miembro de la familia que le vendió la compañía canadiense Seagram, dueña de los estudios Universal y de importantes activos en el terreno de la música. Según los comentarios atribuidos a Messier, que publicará hoy la revista Le Point, Charles Bronfman pretendía sustituirle por un estadounidense y tomar el control del grupo, tarea en la que supone le ayudaba Claude Bébéar.