Máxima alerta militar entre las dos Coreas tras una batalla naval
Un intercambio de disparos entre dos buques causó cuatro muertos, un desaparecido y 22 heridos
Corea del Sur y Corea del Norte se han acusado mutuamente de la responsabilidad por el grave enfrentamiento naval que ayer costó la vida a cuatro personas, provocó 22 heridos y un desaparecido, y que aumentó de forma preocupante la tensión entre estos dos países, que se enfrentan en la última frontera de la guerra fría. El choque se produjo en aguas disputadas por los dos Estados, aunque todos los muertos y heridos son surcoreanos.
Los dos países han puesto en máximo estado de alerta sus fuerzas armadas, sobre todo las estacionadas a ambos lados de la frontera del paralelo 38 que separa a las Coreas. Los 37.000 soldados estadounidenses estacionados en Corea del Sur también han recibido consignas para que permanezcan especialmente vigilantes después del enfrentamiento más sangriento en tres años.
Pyongyang y Seúl se han echado mutuamente la culpa por el incidente que se produjo poco antes del partido que enfrentó a Corea del Sur con Turquía por el tercer y cuarto puesto de la Copa del Mundo de fútbol. El presidente Kim Dae-Jung pidió a sus compatriotas que permaneciesen tranquilos y decidió mantener su visita de hoy a Japón, donde tiene previsto asistir a la final del Mundial.
La batalla naval se ha producido en un momento en que las relaciones entre las dos Coreas pasan por un momento delicado y puede entorpecer aún más el diálogo entre Pyongyang y Washington, que debería retomarse en julio.
La Comisión Militar del Armisticio de la Comandancia de Naciones Unidas (UNCMAC) propuso conversaciones inmediatas con Corea del Norte para hacer descender la tensión, pero Pyongyang hizo caso omiso.
El Ejército surcoreano ha reconocido haber perdido a cinco hombres -cuatro muertos y un desaparecido-, así como haber sufrido 22 heridos entre sus marinos. Una patrullera del Sur de 156 toneladas fue hundida, mientras que otro buque norcoreano tuvo que ser remolcado.
El presidente Kim señaló que se trataba de 'un acto de provocación militar que ha hecho aumentar la tensión en la península coreana y que no podemos tolerar en ningún caso'.
Según la versión de Seúl, el enfrentamiento se produjo en unas aguas pesqueras, cerca la isla de Yeonpueong, en el mar Amarillo, cuando dos patrulleras norcoreanas que escoltaban a varios pesqueros cruzaron la frontera marítima entre los dos países e ignoraron, de forma reiterada, las advertencias de los barcos surcoreanos. Una patrullera del Norte abrió fuego y los intercambios de disparos continuaron de forma esporádica durante 20 minutos, según fuentes militares surcoreanas. La versión oficial de Corea del Norte, difundida a través de los medios de comunicación del régimen comunista, acusó a los barcos del Sur de haber penetrado 'profundamente' en sus aguas territoriales y de haber disparado 'cientos de balas y obuses'. Según Pyongyang, ellos también 'han sufrido pérdidas', aunque no han proporcionado más datos.
Este tipo de incidentes entre las dos Coreas son bastante frecuentes, aunque la última vez que se produjeron víctimas mortales fue hace tres años. En junio de 1999, una patrullera de Corea del Norte resultó hundida en la misma zona y, aunque nunca se proporcionaron datos oficiales, se ha calculado que fallecieron decenas de soldados norcoreanos. Nueve marinos surcoreanos resultaron heridos.
Según algunos analistas, el enfrentamiento de ayer puede ser una venganza de la marina norcoreana. Las mismas fuentes han indicado que la zona donde se produjo el incidente tiene una importancia económica enorme a causa de la pesca. La oposición conservadora de Corea del Sur ha acusado a su vecino de haber intentado arruinar el final de la Copa del Mundo.
Pyongyang no reconoce la frontera marítima declarada unilateralmente por las fuerzas aliadas, dirigidas por EE UU, después de la guerra de Corea (1950-1953) y ha reclamado unos nuevos límites para esta zona, especialmente rica en cangrejos y gambas, dos fuentes importantes de divisas en un país sumido en una catastrófica crisis económica.
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