Un mapa de carreteras incierto

Bush ha pronunciado otro discurso y no están claros cuáles serán los resultados. (...) Ha depositado la mayor parte de la responsabilidad sobre los palestinos: el mensaje es que no deben esperar nada, ni estado, ni estado provisional, ni retirada israelí, hasta que Yasir Arafat deje de ser su líder. (...) Su receta para la reforma -terminar con la corrupción, elecciones locales, sistema judicial independiente- sería admirable si no se tiene en cuenta que Bush no tiene intención de recomendar a otras naciones árabes la misma medicina. (...)

Bush ha dicho que apoyará un estado provisional palestino siempre que 'el pueblo palestino tenga nuevos líderes, nuevas instituciones y nuevos acuerdos de seguridad con sus vecinos'. (...) Esta solución sería muy apropiada si el Gobierno de Israel estuviera comprometido con la visión de dos estados que el presidente Bush reclamó ayer como propia. Después de todo, el presidente tiene razón al considerar que Arafat ha consentido en usar el terrorismo para sus objetivos políticos y el terrorismo no debe ser recompensado. Pero el primer ministro Ariel Sharon ha dejado claro que, en el mejor de los casos, ve una solución de dos estados a muy largo plazo. Su Gobierno no ha dado muestras de tener intención de modificar la política de asentamientos.

Bush se muestra poco dispuesto a estudiar con ahínco este lado de la ecuación. (...) Pero si no rellena los espacios en blanco, el peligro es que el discurso de ayer vaya a parar al archivo como otra enumeración de objetivos plausibles, y la violencia continúe y aumente.

Washington, 25 de junio