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Los países ricos se blindan para hablar sobre la pobreza en África

Aznar asiste al G-8 en Canadá en el fin de su presidencia de la UE

Los siete países más ricos del mundo y Rusia se ocuparán mañana de África, el único continente en el que el hambre sigue aumentando, durante la reunión del G-8 más blindada de todos los tiempos. Los atentados del 11-S y el precedente de los violentos enfrentamientos en la última cumbre de Génova, donde se puso en marcha el Plan de Acción para África, han movido a Canadá, sede del encuentro, a extremar la seguridad.

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Puede decirse que se tratará de la primera cumbre virtual -un modelo de reunión probablemente llamado a prosperar en el futuro-, en la medida en que los líderes estarán aislados en un lugar inaccesible y a 100 kilómetros de los periodistas, que, básicamente, sólo accederán a ellos por videoconferencia. La seguridad es ya extrema en la estación invernal de Calgary, sede del centro de prensa, donde los controles y barreras tratan de limitar el alcance de las manifestaciones de los movimientos antiglobalización, que el Gobierno canadiense considera inevitables. Pero el primer ministro del país anfitrión y sus invitados, los líderes de Estados Unidos, Japón, Francia, Alemania, Reino Unido e Italia, quedarán recluidos entre las montañas de Kananaski, un bucólico pueblo de la provincia de Alberta en torno al cual se ha cerrado el espacio aéreo y se ha establecido un cerco terrestre impenetrable con un radio de 12 kilómetros. La abrupta orografía del lugar plantea, por otra parte, más de un reto a las telecomunicaciones.

Los jefes de Estado o Gobierno que habían previsto reunirse en Calgary al término de la cumbre con los periodistas de su país han tenido que renunciar a la idea, por el temor de la organización a que se registren incidentes. Entre ellos estará el presidente del Gobierno español, José María Aznar, que cumplirá en esta reunión el último acto de su semestre de presidente de la Unión Europea. Aznar no oculta que el ingreso de España en este club de los grandes es una de sus mayores ambiciones y ha expresado públicamente satisfacción porque las circunstancias le hayan convertido en el primer líder español que se sienta en un G-7.

La cumbre, que comienza hoy, ha estado precedida por las reuniones ministeriales, que han desbrozado la agenda de que se ocuparán Jean Francois Chrétien, George Bush, Joichiro Koizumi, Jacques Chirac, Gerhard Schröder, Tony Blair, Silvio Berlusconi y, junto a Aznar, el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi.

La lucha internacional contra el terrorismo es una prioridad establecida por los ministros de Exteriores, que el pasado 12 de enero se encontraron en Lead Whistler. Además de analizar la situación en Oriente Próximo, y especialmente el plan de paz que presentó Bush el lunes por la noche, los líderes hablarán sobre las crisis de India-Pakistán y Afganistán, pasarán revista a los progresos realizados en materia antiterrorista desde el 11 de septiembre e insistirán en una serie de recomendaciones actualizadas por los ministros de Justicia el pasado mes de mayo con vistas a lograr la aplicación inmediata de la resolución 1373, aprobada el pasado 28 de septiembre por el Consejo de Seguridad de la ONU. Esta resolución decreta la persecución universal de los terroristas y la congelación de sus recursos.

49% de la economía mundial

La segunda prioridad de la cumbre, que integra a países que representan el 80% de la actividad económica del mundo desarrollado y el 49% del producto global, es 'reforzar el crecimiento mundial y el desarrollo sostenible'. Los siete tratarán de transmitir un mensaje optimista sobre la recuperación de la economía, aunque la crisis de Argentina y su posible extensión a Brasil les sigue preocupando. Luego, se centrarán en los problemas del hambre y del subdesarrollo, y especialmente en los referidos a África que merecerán su atención el jueves, cuando se incorpore a la mesa el presidente ruso, Vladímir Putin, y el G-7 se convierta en G-8.

Cerca de 350 millones de pobres al sur del Sáhara, más de 150 millones de jóvenes analfabetos, más de 200 millones de ciudadanos sin sanidad de ningún tipo y más de 250 millones sin agua potable forman la estadística siniestra de un continente de 800 millones de habitantes, que se prevé que esté representado en Kananaski por los presidentes de Argelia, Egipto, Senegal, Nigeria y Suráfrica. También el secretario general de la ONU, Kofi Annan, intervendrá en las conversaciones.

Es de prever que el diálogo oscile entre los límites habituales del llamamiento a la responsabilidad y buena conducta de los países africanos, y a la exigencia de éstos de que los ricos abran sus mercados. En la práctica, se continuarán los debates sobre reducción de la pobreza y desarrollo sostenible ya iniciados el año pasado en Génova, con la idea de fijar ahora posiciones para la cumbre que la ONU celebrará en Johannesbugo el próximo septiembre.

Como proyectos concretos, el G-8 considerará un plan para universalizar la educación primaria en el año 2015, otro para reducir el foso informático y de telecomunicaciones entre el primer y el tercer mundo, un plan para reducir la deuda de los países menos favorecidos y otro de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria. Los líderes tratarán de examinar, además, desde la perspectiva del desarrollo las posibilidades abiertas por la OMC en Doha y Qatar, y por la Conferencia de Monterrey sobre financiación del desarrollo.

Dos hombres golpean planchas de acero para hacer sartenes en un barrio de Nairobi, capital de Kenia.
Dos hombres golpean planchas de acero para hacer sartenes en un barrio de Nairobi, capital de Kenia.ASSOCIATED PRESS

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