Los Quince hacen equilibrios para no perjudicar a la moneda única
Los acuerdos en la UE están siempre sujetos a un compromiso previo en los matices. En el caso de la discusión sobre grandes orientaciones de política económica, lo que se imponía ayer en la reunión extraordinaria de los ministros de Economía y Finanzas era no poner en riesgo al euro con mensajes contradictorios o actitudes que pusieran en tela de juicio la capacidad de los Quince para coordinar sus estrategias. Se trataba de utilizar un lenguaje lo suficientemente flexible como para permitir a la vez que se respeten unos principios básicos sin 'encorsetar' a los Gobiernos.
Fue precisamente lo que pidieron Francia, Portugal y Reino Unido. La teoría que preconiza el Pacto de Estabilidad de la necesidad de tener unos fundamentos económicos sólidos y saneados nadie la discute. Eso se traduce en la práctica en llevar las finanzas públicas lo antes posible hacia una situación de equilibrio presupuestario o superávit para dotar a la economía de mayor margen de maniobra ante la crisis. Primero se pensó en 2002 y ahora se insiste en que no se puede ir más allá de 2004.
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