Un internauta obliga a los subasteros a pagar el 24% más por un piso embargado
Hacienda continuará en las próximas semanas, en otras ciudades, con subastas en red de bienes embargados
Sólo pujó un internauta, pero los funcionarios de la Agencia Tributaria que seguían la primera subasta de Hacienda a través de la red no ocultaban su satisfacción; frente a ellos, había algunos subasteros, que rechazaban con un gesto de contrariedad las fotos, y poco público.
En el salón de actos de la Agencia Tributaria de Valladolid se vivió el jueves pasado un acontecimiento que algunos calificaban de histórico: se empezaban a utilizar los métodos de comunicación más modernos para llevar a todo el público las subastas de embargos e impagos de impuestos, algo que hasta hace poco tiempo estaba acotado para los llamados subasteros, unos personajes que durante muchos años han controlado las subastas públicas, frenando la escalada de la puja, para después obtener, algunos de ellos, pingües beneficios.
La Delegación Especial de Hacienda en Castilla y León inició el jueves una subasta diferente: la licitación telemática. El único lote que, finalmente, salió a la puja era una vivienda dúplex de 128 metros cuadrados ubicada en la calle de Francisco Zarandona, en pleno corazón de la capital vallisoletana, con su correspondiente plaza de garaje. Edificación de lujo y casa ubicada en el cogollo histórico de la ciudad.
A las 12.05 horas, y con puntualidad británica, la funcionaria anunció que se iniciaban las pujas; previamente se habían acreditado tres licitantes en la sala y sólo uno a través de Internet.
Los cuatro habían formalizado su inscripción con el correspondiente depósito económico del 20% de la cantidad de salida, que el internauta realizó a través de las entidades colaboradoras, Caja Duero y Caja España. La vivienda partió con un precio algo superior a los 250.000 euros (más de 41 millones de pesetas) y la subasta se prolongó más de 40 minutos. El motivo era doble, ya que, por una parte se había establecido que las ofertas se mantenían en pantalla durante tres minutos, y por otra, los subasteros de la sala agotaban hasta el último segundo la presentación de sus ofertas.
A todo esto había que sumar el pique entre dos de los presentes en la subasta que no querían perder la presa. Al final fue uno de los asistentes en la sala el que se llevó el lote, pero la puja subió hasta los 300.000 euros, algo menos de 50 millones de pesetas.
El mismo lote salió hace semanas a concurso, pero los subasteros no quisieron pujar para obligar a una segunda licitación y conseguir un precio de salida inferior al que se había determinado. Algunas voces en la sala aseguraban al finalizar el concurso que la casa podría revenderse en 70 millones de pesetas. Los licitantes agotaron el tiempo de puja hasta el último segundo, como si intuyeran que con las subastas en Internet su tiempo se está acabando.
Adjudicaciones directas
Para poder acceder a las subastas es necesario el mismo certificado de la FNMT (Fábrica Nacional de Moneda y Timbre) que se utiliza para la declaración de renta (IRPF). También es preceptivo hacer un depósito previo, de al menos un 20% del valor del bien por el que se está interesado, con el que se obtiene el NRC, número de referencia completo, que da acceso, a modo de contraseña, a pujar por los bienes que se subasten. La puja la puede realizar el interesado manualmente a través de la página de la Agencia Tributaria. Después de seleccionar los bienes por los que está interesado, en el momento que empieza la subasta, un reloj sincronizado con la sala, contará hasta tres minutos para que pueda pujar, sólo tiene que hacer clic en el botón correspondiente de la página. Otra opción es introducir, antes de que empiece la subasta, el precio máximo que está dispuesto a pagar. La propia aplicación se encarga de pujar automáticamente hasta que alcanza ese valor. A partir de aquí podrá continuar manualmente. El mismo depósito que realizó para obtener el NRC le sirve para cubrir el acceso a las subastas de otros bienes y el acceso a 'adjudicación directa'. Fórmula que utiliza Hacienda para aquellos bienes embargados y que no han sido adjudicados a nadie en la primera o segunda licitación (subasta). Pasados seis meses, se les asigna un precio mínimo y se abre un periodo de un mes de adjudicación directa al mejor postor que supere el mínimo establecido. Hasta ahora, para poder acceder a estas ofertas, había que hacerlo obligatoriamente de forma personal y en sobre cerrado en la Delegación de Hacienda. Pero ya no es necesario; desde la misma página de la Agencia se pueden presentar las ofertas que competirán con las presentadas en sobre.
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