Barcelona no renovará la licencia de terrazas a los bares que hagan ruido
Ciutat Vella ha hecho 439 inspecciones a 46 locales y ha abierto 11 expedientes
El Ayuntamiento de Barcelona ha decidido poner fin a la contaminación acústica (ruido) de las terrazas nocturnas. Las ruidosas no podrán renovar la licencia. No se trata de cerrarlas, explicó ayer Imma Mayol, cuarta teniente de alcalde, sino de hacer compatible el derecho al ocio con el derecho al descanso de los ciudadanos que viven junto a estos locales. Primero, díalogo; luego vendrá la cancelación del permiso para ocupar la calle.
El cartel de la campaña tiene un lema: 'El sonido que queremos para Barcelona', y una imagen que sugiere cuál es ese sonido: unas golondrinas contra el cielo. Mayol aseguró ayer que en Gràcia se oyen los trinos de los pájaros, aunque no se atrevió a decir que se trate de una experiencia generalizable en Barcelona. Pero el dominio del ruido no puede ser eterno. El objetivo es que disminuya hasta cotas aceptables para todos.
Durante los meses de verano, la Mesa del Ruido, un organismo técnico del que participan diversas áreas municipales, acometerá la cuarta parte de la campaña contra el ruido. Las tres primeras, de éxito desigual, estuvieron centradas en los excesos sonoros de las motos, las obras y los ruidos producidos por motivos diversos. Ahora toca a las terrazas.
La primera parte es pedagógica. Seis 'promotores ambientales', uno por cada distrito que participa en el programa, visitarán los locales y les explicarán cómo reducir los ruidos. Lo primero es controlar los horarios colocando adhesivos en las mesas que informen a los clientes de la hora del cierre. Luego viene el mobiliario. Las sillas y mesas de plástico hacen menos ruido que las metálicas. Si son metálicas, puede reducirse el estruendo dotándolas de protecciones de goma. Los parasoles convendrá que no sean de plástico, sino de materiales que absorban el sonido. Por supuesto, nada de altavoces ni tampoco actuaciones en directo. También debe evitarse instalar en las calles arcones, neveras o planchas.
El segundo aspecto que se debe cuidar es el del comportamiento de empleados y clientes. La recogida tiene que hacerse con celeridad y sin superar los 30 minutos. Las cadenas que protejan el mobiliario deberán ser de material plástico. Los envases de vidrio nunca tienen que ser llevados a los contenedores más tarde de las 22.00 ni antes de l
as 8.00.
Implicar a los camareros
La campaña busca implicar a los camareros de las terrazas, y unos folletos ya impresos en catalán y en castellano sugieren que informen a los clientes de la campaña y que les recomienden bajar el tono de voz. Esta campaña se lleva a cabo tras una experiencia piloto en los distritos de Gràcia y Ciutat Vella.
El resultado ha sido que algunos bares no vieron renovada la licencia para instalar una terraza debido a que se comprobó que se pasaban las normas de convivencia por el forro. En total se efectuaron 439 inspecciones a 46 locales y se abrieron 11 expedientes.
A estos dos distritos se unen ahora los de Eixample, Horta-Guinardó, Nou Barris y Sant Andreu. No afectará a todo el barrio, sino a las zonas que más padecen este tipo de locales. Así, en Sant Andreu la campaña irá dirigida a los bares situados en las plazas de Massades, Mossèn Clapés, Ciutat d'Elx y Assemblea de Catalunya.
En el distrito del Eixample la actuación se centrará en el paseo de Gràcia y en la Rambla de Catalunya, donde se concentra el mayor número de terrazas nocturnas.
En Gràcia, las zonas más conflictivas son las plazas de Virreina, Sol, Revolució, Rovira i Trias y Rius i Taulet. En Nou Barris la campaña estará centrada en las calles de Pablo Iglesias y Joaquim Valls y en la plaza de Ángel Pestaña. Finalmente, en Ciutat Vella se prestará especial atención al barrio de la Ribera y a la plaza de Orwell.
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