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El Defensor del Menor pide más vigilancia en el colegio para evitar abusos sexuales entre niños

La institución sintió en 2001 'la inquietud de muchos padres' por la 'inseguridad' escolar

El Defensor del Menor alerta, en su informe anual de 2001, 'sobre las carencias detectadas en la vigilancia de las zonas comunes de los centros escolares' y pide un mayor control en estos espacios para evitar que se produzcan abusos de carácter sexual de unos niños sobre sus compañeros o compañeras. El defensor, Pedro Núñez Morgades, constata 'una ingente cantidad de quejas en las que se hace patente la inquietud de muchos padres por la inseguridad reinante en algunos colegios por hechos de esta naturaleza'. En todos los casos se ha tratado de tocamientos.

La indefensión de los niños que sufren abusos sexuales no depende de la edad de su agresor. La Memoria de 2001 del Defensor del Menor refleja que hay pequeños que sufren abusos a manos de los adultos, pero también de otros niños, que en la mayoría de los casos son compañeros de colegio. Fuentes de la institución que encabeza Núñez Morgades matizaron, no obstante, que la práctica totalidad de los casos conocidos por esta institución se refieren a hechos como levantar la falda a las niñas u otro tipo de tocamientos relacionados con el despertar a la sexualidad en la pubertad o la adolescencia.

Bajo el expediente 812/01 se oculta una niña que sufrió abusos sexuales, amenazas y coacciones. Las causantes de su pesadilla eran niñas como ella, de su misma edad y de su mismo colegio de Madrid. 'Los padres consideraban que la dirección del centro, tras conocer lo ocurrido, no había actuado de acuerdo a sus funciones', según el informe del Defensor del Menor.

Especialmente significativo, por la alarma que suscitó entre la comunidad escolar, es el caso de una niña de seis años que sufrió supuestamente abusos por parte de un compañero de nueve años en un colegio público de la capital. Tal fue la conmoción suscitada por estos hechos que el Defensor del Menor recibió 88 quejas indivuales, lo que originó la apertura de otros tantos expedientes. Eso motivo que la institución dependiente del Parlamento regional, al margen de la investigación judicial abierta al respecto, exigiera mayores medidas de control en los patios y el comedor del centro a fin de evitar la reiteración de estos hechos.

El Defensor del Menor entiende como abuso sexual a menores toda aquella intromisión en la libertad sexual del otro con engaño o intimidación hacia la víctima. En caso de existir violencia, se trataría de una agresión sexual. La memoria de 2001 no contempla ninguna queja por agresión sexual.

El estudio también recoge que en las quejas recibidas queda patente la 'inquietud de muchos padres por la inseguridad reinante en algunos colegios'. Por eso, el informe pretende ser un lugar de reflexión en el que el Defensor del Menor se plantea que el número de casos ocurridos en los colegios muestra las 'carencias detectadas en la vigilancia' en las zonas comunes de los centros.

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Los casos 211/01 y 519/01 también ocurrieron en un centro escolar. Pero los respectivos supuestos agresores no fueron menores, sino adultos. En el primero, ocurrido en un colegio de la capital, el supuesto agresor fue un profesor que estaba haciendo una sustitución. El otro caso es similar, sólo que los hechos sucedieron en un lugar distinto: una escuela de educación infantil.

El Defensor del Menor registró en 2001 seis denuncias de abusos sexuales cometidos por adultos. El mismo número de denuncias se presentaron ante la oficina del Defensor en relación con la pornografía infantil, sobre todo en páginas web.

El informe aporta varios datos: a diario se publican unos 2.500 mensajes relacionados con la pornografía infantil o la pedofilia. La mitad de los delitos que se cometen en Internet están relacionados con la pornografía de menores, y la policía estima que si consigue impedir que los proveedores españoles cuelguen en la Red páginas web de pornografía infantil, evitaría que esta información llegara al 90% de sus 'réprobos' consumidores.

En cuanto al maltrato físico, son muchos más los abusos cometidos por un adulto sobre un menor que el maltrato físico entre iguales. De los 40 casos denunciados ante el Defensor del Menor el año pasado, 35 fueron perpetrados por adultos, muchos de ellos por familiares. La memoria también recoge 20 casos de maltrato psicológico, sobre todo referidos a insultos y amenazas infligidos por padres y profesores.

Los principales denunciantes de los casos de malos tratos son vecinos, profesores y familiares cercanos a las víctimas.

Maltrato físico

En cuanto a los casos de malos tratos físicos cometidos fuera del ambito familiar, el Defensor del Menor destaca un expediente incoado a instancia de unos padres que se quejaron de que sus hijos habían sufrido lesiones de diversa consideración cuando fueron asaltados en las inmediaciones del intercambiador de Moncloa por un grupo organizado de jóvenes de entre 20 y 25 años de estética skinhead. El resultado de la agresión fueron lesiones de diversa consideración en las víctimas, todas ellas menores de edad.

De los 1.026 expedientes de queja recogidos en la oficina del Defensor del Menor, el 17% tenía alguna relación con los malos tratos, incluidos los abusos sexuales, el maltrato físico, psicológico e institucional, y la utilización pornográfica de menores.

En su informe, Pedro Núñez Morgades reconoce que muchas situaciones de maltrato que padecen los pequeños 'quedan en la impunidad', bien porque las víctimas no lo denuncian o porque no lo hacen quienes les rodean.

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