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El Consell retiene el catálogo de humedales presentado hace 50 días

Los ecologistas denuncian que el retraso responde a intereses urbanísticos

Casi dos meses después de la presentación oficial del texto definitivo del Catálogo de Zonas Húmedas de la Comunidad Valenciana, el Consell mantiene retenido el documento sin aprobarlo. 48 enclaves y 44.862 hectáreas integran el catálogo, pero aún no está en vigor. Los ecologistas denuncian que el retraso vuelve a responder a intereses urbanísticos. Y no descartan que las presiones del presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, estén motivando el retraso de la entrada en vigor de una herramienta de protección que gozaba de un gran consenso.

El Catálogo de Zonas Húmedas tenía que estar aprobado en diciembre de 1995. Tras innumerables retrasos, el consejero de Medio Ambiente durante esta última legislatura, Fernando Modrego, logró consensuar con todos los colectivos implicados una lista definitiva. Ya cuenta con todos los trámites, pues ha pasado varios procesos de exposición pública, dispone de los informes favorables del Comité Económico y Social (CES) y del Consejo Jurídico Consultivo (CJC) y hasta ha recibido la aprobación del Consejo Asesor y de Participación del Medio Ambiente (CAPMA). Desde el 24 de abril descansa en la mesa del presidente Eduardo Zaplana, que ha dejado pasar todos los plenos celebrados por el Consell desde entonces sin aprobarlo. 'Básicamente, el retraso responde a las presiones del ámbito urbanístico, como siempre ha ocurrido', denuncia Enric Amer de Acció Ecologista-Agró, 'y lo desastroso en este caso es que llevamos siete años esperando a que la lista esté aprobada definitivamente'.

'Algo está pasando', se extraña Carlos Arribas, de Ecologistas en Acción, 'sólo falta que el Consell lo apruebe mediante un acuerdo de Gobierno; a nosotros nos hubiera gustado que lo hiciera por decreto [borradores anteriores sí eran un proyecto de decreto], ya que así podría tener algún articulado que complemente la ley'. Según Arribas, 'tiene que haber mucha presión para que no lo hayan sacado todavía'. Y apunta a Fabra como principal enemigo del listado.

Los ecologistas quieren que el listado sea oficial cuanto antes. Aunque Agró cree que deberían figurar más enclaves (incluso dio su voto afirmativo en el CAPMA condicionado a la inclusión de varios de ellos) lo que desea es que se apruebe ya. 'De los enclaves que han quedado fuera ya nos haremos cargo nosotros en los tribunales', asegura Amer. Este ecologista esgrime que ya en los últimos recortes del catálogo 'se pegaron muchos bocados', 255 hectáreas en marjales litorales y 62 en desembocaduras de ríos, todos ellos vinculados a la presión urbanística.

El último caso de agresión es el del proyecto G-2 de Sagunto, un terreno calificado como urbanizable desde el franquismo y que integraba el catálogo pero ha sido excluido en la última revisión. En los terrenos, completamente anegados con medio metro de agua tras las últimas tormentas, trabajan desde la semana pasada una veintena de camiones para aterrar la zona húmeda.

La postura de Fabra

El presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, ha mantenido un pulso con el consejero de Medio Ambiente, Fernando Modrego, por la tramitación del Catálogo de Zonas Húmedas, un documento que, en teoría, va a poner veto a muchas pretensiones urbanísticas en la provincia. Y donde más ha escocido la lista ha sido en Nules. Representantes de la Asociación de Vecinos de la Marjalería de Nules y el alcalde de la localidad, José Blas Molés, se reunieron con Fabra el 2 de mayo, días después de la presentación de la lista definitiva, para recabar su apoyo contra la protección del marjal local. Fabra se lo dio al prometer que les ayudaría económicamente en la batalla legal contra el espacio a proteger, sufragando en un 50% los costes de los servicios jurídicos. Los vecinos creen que el enclave, al igual que la Albufera de Oropesa o la Marjalería de Castellón, debería quedar sin protección. Curiosamente, en la última revisión del catálogo el marjal de Nules vio reducida su superficie en 118,08 hectáreas, al pasar de las 646,83 del anterior borrador a las 528,75 del definitivo. Según los ecologistas, el centenar largo de hectáreas que se han caído del documento pertenecen a los dueños de Porcelanosa y han quedado condenadas a su urbanización. 'La Diputación y los propietarios', respondió Modrego, 'pueden contratar un estudio técnico para intentar demostrar que el marjal de Nules no es zona húmeda pero los estudios realizados por la consejería son incontestables al respecto'. Fabra no lo tiene tan claro.

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