_
_
_
_
Reportaje:LA INMIGRACIÓN

Una fuente de riqueza

Javier Alejandre es un pequeño empresario agrícola de Soria. Jordi Amat es el director de una empresa industrial de Terrassa, en Barcelona. Los dos han contratado a trabajadores extranjeros para sacar adelante el trabajo en sus empresas. Y los dos dicen que se han encontrado con dificultades para contratar personal y califican su experiencia de positiva.

Los casos de estos dos empresarios no son aislados. En España, cientos de miles de inmigrantes trabajan, pagan impuestos, cotizan a la Seguridad Social y, en ocasiones, hacen trabajos que otros no quieren. Su peso en la economía es cada vez mayor. Hay 761.473 inmigrantes afiliados a la Seguridad Social, según las últimas cifras oficiales, el doble que hace sólo dos años y medio. Y los nuevos empleos se nutren cada vez más de extranjeros. Entre mayo de 2001 y abril de 2002, cuatro de cada 10 nuevos cotizantes a la Seguridad Social han sido extranjeros.

La Seguridad Social tiene inscritos como afiliados a 761.473 inmigrantes, un número que dobla el de hace apenas dos años y medio
En España hay 126.000 ofertas de empleo sin cubrir, y los trabajadores extranjeros realizan, a veces, trabajos que los nacionales rechazan

Más allá de los testimonios de los empresarios, las propias cifras apuntan a que los inmigrantes son necesarios para la economía. Muchos españoles ya no quieren hacer algunos trabajos duros en la agricultura o en la construcción, que, en parte, se están cubriendo con inmigrantes y el crecimiento económico actual no sería posible sin su aportación. Lo demuestra que a finales de mayo había en España 126.707 empleos sin cubrir, según datos del Instituto Nacional de Empleo (Inem), cuando, por otro lado, hay 1,6 millones de parados inscritos en las oficinas de empleo, con una tasa de paro del 8,7%. La construcción y la agricultura -precisamente, dos de los sectores donde trabajan más inmigrantes- acumulan, respectivamente, 20.648 y 5.572 empleos vacantes.

El flujo de trabajadores extranjeros no cesa, y cinco de cada 100 cotizantes a la Seguridad Social ya son de fuera del país. El Instituto Nacional de Estadística calcula que entre 2005 y 2020 entrarán en España 160.000 inmigrantes cada año. Y en el año 2010 puede haber un déficit de 1,3 millones de trabajadores en España, según un estudio de la patronal madrileña CEIM.

Empleo 'sumergido'

Hay sectores enteros que están siendo copados por inmigrantes en muy poco tiempo. El 64% trabaja en cinco sectores con mucha precariedad laboral: hostelería, agricultura, comercio, construcción y servicio doméstico. La recogida de la fresa en Huelva o de la pera en Lleida, los hoteles de la Costa Dorada o del Sol o muchas obras en la construcción no serían posibles o no funcionarían en muchos casos sin los trabajadores extranjeros.

La aportación de estos trabajadores a la economía es importante. La Seguridad Social -que se rige por un sistema de solidaridad, basado en que los que hoy trabajan pagan las pensiones de los actuales jubila-dos- tiene superávit gracias a los inmigrantes, según ha reconocido Carmen Alcaide, la presidenta del lnstituto Nacional de Estadística (INE).

Desde el Ministerio de Trabajo se subraya la importancia de los trabajadores extranjeros, aunque se suaviza esta afirmación. 'Es un poco exagerado decir que hay superávit en la Seguridad Social gracias a los inmigrantes porque se debe a todo el empleo que se ha creado, pero es evidente que están ayudando al equilibrio de la Seguridad Social, que el año pasado cerró con un superávit de 4.808 millones de euros' (unos 800.000 millones de pesetas), explica Elena Sánchez, portavoz de la Secretaría de Estado de la Seguridad Social.

Comisiones Obreras es de las pocas entidades que ha calculado la aportación de los inmigrantes a la economía. 'Los extranjeros están contribuyendo con unos 18.000 millones de euros (tres billones pesetas), el 2,5% del producto interior bruto español durante el primer trimestre de este año', calcula el responsable de migraciones del sindicato, Chema Díaz Ropero. 'Los cerca de 800.000 afiliados extranjeros a la Seguridad Social pagan impuestos y contribuyen a sostener el sistema educativo o la sanidad del país. Su aportación a las arcas públicas es prácticamente neta porque apenas perciben prestaciones, ya que son personas muy jóvenes que no suelen ocasionar gastos médicos a la sanidad y a las que les faltan todavía muchos años para jubilarse y cobrar pensión', dice el responsable de CC OO.

Nadie se atreve, en cambio, a aventurarse sobre el peso de la economía sumergida entre los extranjeros. Las cifras exactas no se conocen, pero un rastreo de las inspecciones del Ministerio de Trabajo indica que los inmigrantes están copando buena parte de la economía sumergida. Lo prueba el hecho de que de los 46.738 empleos sumergidos detectados por la Inspección de Trabajo el año pasado, el 15% estaba ocupado por ciudadanos extranjeros, según datos del propio ministerio. Se trata de una prorporción anormalmente alta, que triplica el peso de los extranjeros en el empleo no sumergido, que es del 4,7%.

Frente al espectacular aumento de los inmigrantes que trabajan, el Gobierno da permisos de trabajo con cuentagotas y apuesta por regularizar a los que ya están en el país. El año pasado, el Ejecutivo autorizó la entrada de un cupo de 10.884 trabajadores extranjeros para cubrir puestos de trabajo estables. También autorizó la llegada de otros 21.195 trabajadores para cubrir empleos temporales, que una vez concluido su trabajo deberán regresar a su país de origen.

La mayor parte de los extranjeros vienen de países atrasados económicamente. Y no sólo aportan a la economía española, sino también a sus países a través del dinero que envían a sus familias. La historia se repite, como le pasó a la economía española en los años sesenta cuando las remesas que enviaban de los inmigrantes ayudaban a equilibrar la raquítica balanza de pagos española hasta que despegó el turismo.

Marruecos y Ecuador aportan uno de cada tres extranjeros no comunitarios. Les siguen Colombia y Rumanía. Los empleos en el servicio doméstico ocupan a 64.000 extranjeros, y otros 93.000 trabajan en la agricultura, según datos de la Seguridad Social.

Empresarios satisfechos

Algunos empresarios reconocen problemas para aumentar plantilla, que han resuelto con los inmigrantes. Javier Alejandre no encontró trabajadores españoles para su explotación. 'En Soria no hay trabajadores, y después de intentarlo sin éxito en Extremadura y Andalucía, contraté a un trabajador de Ucrania que luego trajo a su familia. La experiencia ha sido positiva. Ha estado dos años y medio y hemos trabajado muy bien juntos hasta hace un mes', explica Alejandre. 'Su sueldo era de 140.000 pesetas al mes, estaba de alta en la Seguridad Social, más una casa que habilitamos, pero ahora se ha ido a Zaragoza porque allí hay más oportunidades para que trabaje también su mujer. Tengo que volver a buscar empleados y no es nada fácil', añade este propietario agrícola.

Otro empresario que ha contratado inmigrantes es Jordi Amat, que dirige una empresa de embalajes en Terrassa. 'Tuve una primera experiencia hace dos años con cinco extranjeros y fue positiva. Entonces era difícil encontrar trabajadores; ahora es más fácil porque ha caído la actividad económica. Creo que, en general, los trabajadores extranjeros valoran más el puesto de trabajo', explica Amat, que dirige la empresa de embalajes Embamat, que tiene 35 empleados, de los que uno es inmigrante, que ha terminado quedándose en la empresa como fijo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_