Traducción automática o programas multilingües
Los sistemas de traducción han mejorado mucho, pero aún les falta mejorar mucho más
LA TRADUCCIÓN AUTOMÁTICA no sirve todavía, pero los programas que nos ayudan a realizar tareas básicas en distintos idiomas se multiplican. Ilustra un modelo en el cual las tecnologías aumentan nuestras capacidades en vez de sustituirnos.
Quienes confían en la informática para resolver los problemas de este mundo deberían hacer un experimento muy sencillo: ir a Google.com, buscar las herramientas de idiomas y pedir la traducción de algo tan sencillo como 'Good morning' (Buenos días). El chiste consiste en pasar varias veces de un idioma a otro. Por ejemplo en la secuencia siguiente: de good morning a guten morgen a bons matins a good mornings a bom dia a good day, para acabar en buonas díaz .
Los sistemas de traducción automática muestran rápidamente su debilidad. Ahí muere, a corto plazo, la esperanza de ver la computadora traducir una novela.
Repitamos el mismo juego en Alta Vista con una frase algo más complicada: 'How do you do?' (¿Cómo estás?). Queda así: Comment allez-vous luego Wie Sie gehen después Comme vous aller luego Like you to go y finalmente queda transformado en: ¿Como usted a ir?.
Este juego, obviamente arbitrario, no pretende demostrar nada. Lo impactante, sin embargo, es que aún con lo más simple, los sistemas de traducción automática muestran muy rápidamente su debilidad. Ahí muere la esperanza de ver la computadora traducir una novela o un artículo de periódico, por lo menos a corto plazo.
Los informáticos aseguran que la calidad de la traducción automática está mejorando. Es posible. Lo seguro es que tenemos una necesidad apremiante de instrumentos fiables de traducción. Hoy en día el 60% de los cibernautas son de países donde el inglés no es lengua oficial -el español es el cuarto idioma de la red (7%)-, según GlobalReach(www.glreach.com/globstats); pero más del 60% de las páginas están inglés y el número de páginas en español es aproximadamente del 3%, según CyberAtlas (www.cyberatlas.com).
La gente que trabaja en varios idiomas va creciendo con el número de migrantes, y la globalización de las empresas. Felizmente, los programas sistemáticamente multilingües se multiplican. El movimiento cobró importancia con Office 2000 de Microsoft, que vino cargado con diccionarios y gramáticas en una variedad de idiomas. Permite escribir en distintos idiomas y corregir los errores más graves.
Hace poco (Ciberp@ís del 11 de abril), hemos visto que el programa Summarizer (www.copernic.com), funciona en varios idiomas. No traduce, pero permite ganar tiempo al verificar de qué trata el texto que uno está considerando leer. Es más útil todavía si viene en un idioma que uno no lee perfectamente.
Otro ejemplo es el de CalliGrapher (www.paragraph.com/calligrapher.html), un programa de reconocimiento de la escritura manual para los asistentes digitales basados en Windows. La versión de prueba (sólo en inglés) reconoce muy bien un texto escrito en ese idioma y bastante mal lo que uno puede escribir en español. La explicación está clara: tiene un diccionario inglés integrado con el cual compara las palabras que cree reconocer. Pero CalliGrapher vende por 60 dólares una versión multilingüe (alemán, español, francés, inglés) con la cual uno puede tomar sus apuntes en varios idiomas.
Calligrapher, Office o Summarizer no pretenden hacer el trabajo por nosotros, pero nos ayudan a hacerlo mejor. Durante el boom muchos quisieron vender el mito de un universo en el cual la informática lo podía resolver todo. La crisis obliga a cuestionar esas expectativas. El número de casos en los que las computadoras pueden realizar solas tareas esenciales va en aumento, pero, hoy por hoy, el modelo más serio es el modelo en el cual la informática 'aumenta' nuestras capacidades en vez de sustituirnos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.