Una muestra destaca a Alberti como pintor en el centenario de su nacimiento
La mayoría de obras de su primera época pertenece a su hija Aitana
Rafael Alberti (El Puerto de Santa María, Cádiz, 1902-1999) siempre mantuvo intacta su primera vocación, la de pintor. Además de sus conocidas liricografías, el poeta cultivó otros géneros y estilos, especialmente entre 1917 y 1920. La muestra Cantata de la línea y el color, que se inaugurará hoy en la Casa de la Provincia de Sevilla, reúne 120 obras del autor de Marinero en tierra. La exposición, que recorrerá varias ciudades andaluzas, celebra el centenario del nacimiento del poeta con la recuperación de sus obras más intimistas.
Un pequeño óleo sobre madera, titulado A la entrada de la huerta, en el que Rafael Alberti retrata con apenas 15 años un evocador paisaje Mediterráneo; los carboncillos sobre papel, como Busto Homero o El viejo, claros ejercicios de un adolescente que soñaba con ser pintor, o los apuntes ya más sueltos sobre la Cartuja de Jerez de la Frontera forman parte de esas obras intimistas y desconocidas que pueden verse en la muestra Cantata de la línea y el color.
La mayoría de las 120 obras que componen la exposición, que estará abierta en la Casa de la Provincia de Sevilla hasta el 21 de julio, pertenecen a la hija del escritor Aitana, a su sobrina Teresa, a la Fundación Rafael Botí de la Diputación de Córdoba -ciudad en la que ya pudo verse en la muestra- y a varios coleccionistas particulares.
'El título de la exposición es el verso de un poema de su libro A la pintura, un texto de 1971 en el que Motherwell ilustra los poemas de Alberti', comentó ayer Manuel Copete, vicepresidente de la Diputación.
El organismo provincial, más volcado en conmemorar el nacimiento del sevillano Luis Cernuda, celebrará el centenario del poeta gaditano con un seminario que organizará el próximo otoño. La exposición, con un presupuesto de 64.500 euros, viajará después de su paso por Sevilla a Málaga (septiembre) y Huelva (noviembre), entre otras ciudades.
Cantata de la línea y el color recoge todas las técnicas que utilizó el artista: óleo, grabado, serigrafía, dibujo, témpera, acuarela y collage. 'Con un Rafael María de Alberti yo firmaba entonces mis cuadros. Cosa quizás más eufónica, pero bastante estúpida', escribió el propio poeta. La exposición, comisariada por Mariano Navarro, se divide en siete apartados. Rafael María Alberti, pintor reúne obras entre 1917 y 1925. Los pasteles sobre la Cartuja de Jerez o los dos retratos de mujer realizados a lápiz sepia y fechados en 1919, contrastan con la modernidad de una acuarela del mismo año, titulada Abstracción, o los volúmenes casi arquitectónicos de Mujer durmiendo (1920), un óleo de 68x96 centímetros.
La poesía dibujada incluye carpetas de estampas dedicadas al grafismo de las letras como la series Sobre los ángeles (1970) o Se equivocó la paloma, se equivocaba (1986). El ceñidor de Venus, desceñido, otra de las secciones, presenta desnudos de mujer; mientras que el mundo del toro se centra en Vestido de luces. Su relación con Picasso y Miró se ilustra también en otras dos series.
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