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Reportaje:

Un culebrón para frenar el sida

La ONU encarga un folletín para informar a los africanos sobre la enfermedad

Los culebrones no sólo sirven para provocar lágrimas de emoción o cómplices y tiernas sonrisas. Bajo el paraguas de Naciones Unidas, desde el 1 de julio próximo, más de 22 países africanos van a seguir por radio y televisión un nuevo folletín que quiere convertirse en la mejor arma para prevenir el sida, luchar contra la pobreza, defender el medio ambiente, propagar el buen gobierno y los derechos humanos y explicar que la mujer tiene tantos derechos como el hombre.

Todo eso, embuchado en el primer culebrón para África, Heart and soul, algo así como Corazón y alma. De momento, empezará a difundirse en el África oriental y subsahariana en una versión televisiva en inglés. Más adelante quizá llegue a otras partes del continente si el éxito y el dinero permiten financiar sendas versiones en francés y en portugués. Para llegar a las más remotas aldeas, una versión radiada saldrá a las ondas en inglés y en kiswahili en Kenia, Tanzania y Uganda.

La serie arranca con la muerte del patriarca de una familia adinerada

El proyecto Heart and soul se ha inspirado en el éxito alcanzado en Suráfrica por otro culebrón, Soul and city, que se ha convertido en el más efectivo sistema para educar al público sobre los riesgos del sida. Un 95% de los espectadores que han visto esta serie desde que empezó a emitirse en 1992 admiten que han aprendido algo sobre la enfermedad, uno de los mayores problemas que afronta todo el continente.

Siguiendo su estela llega este serial, con un marcado carácter panafricano, que se ha puesto en marcha con la colaboración y el apoyo financiero de las 24 agencias de Naciones Unidas en Kenia y la ayuda del British Council, la Fundación Ford, la BBC, TV África, Kenya Broadcasting Corporation (KBC) y la Fundación Mohamed Amin.

El culebrón, aunque está pensado y rodado en Kenia y está escrito, dirigido e interpretado por keniatas, no se desarrolla en ningún lugar concreto de África. Se han rodado ya un capítulo inicial de una hora y otros cuatro de media hora, que servirán para analizar la reacción del público y desarrollar a partir de ella el resto de la serie. Tras esta primera entrega se rodarán 12 nuevos capítulos, que alcanzarán su punto álgido en Navidad.

La serie cuesta poco más de un millón de dólares, cantidad que la BBC gasta en una semana de emisión de su histórico Eastenders. Dos de los creadores de este serial británico, Matthew Robinson y Patrick Tucker, han colaborado con los actores y guionistas de Heart and soul.

El culebrón arranca con lágrimas: la muerte de Noah Meli, el viejo patriarca de una de las dos familias que protagonizan la serie. Noah no quiere admitirlo, pero se está muriendo de sida. Y eso a pesar de que los Meli representan el África más pudiente, la familia adinerada que ha podido educar a sus hijos y tiene un nivel de vida comparable al de cualquier familia de la burguesía europea.

Los Lande no son tan afortunados. Samuel, el patriarca, se gana la vida con modestia haciendo de taxista. Aunque honrado y trabajador, Samuel Lande esconde un terrible secreto: en una noche de borrachera acabó dejando embarazada a su hermana Salomé. Samuel, un hombre que no entiende los cambios del mundo moderno, jamás se perdonará el desliz de esa noche terrible, 21 años atrás, de la que nació su hijo y sobrino Samuel.

Incestos, adulterios, celos, algún crimen más o menos accidental, nada falta en este culebrón para intentar atrapar la atención de los africanos. Donde el número de televisores es muy bajo, ya que, según un informe de la ONU del año 2000, en el África subsahariana hay 50 televisores por cada 1.000 habitantes, frente a los 506 existentes en España por mil habitantes. Pero el principal objetivo no es conseguir audiencia para ganar dinero, sino aprovechar el poder de comunicación de la radio y la televisión para explicarles los peligros del sida y la manera de evitarlos. Pero también para luchar contra la pobreza y contra la corrupción.

Pintada en Johanesburgo contra el alto coste de los medicamentos para combatir el sida.
Pintada en Johanesburgo contra el alto coste de los medicamentos para combatir el sida.ASSOCIATED PRESS

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