Metro noventa de humanidad
AITOR GUENAGA | Bilbao
'¿Alguien ha visto por ahí a Eduardo Madina?'.
En el centro de rehabilitación hay hoy un inusual movimiento. De una de las camas acolchadas se levanta un tiarrón de un metro noventa. No lleva muleta. No arrastra la pierna. Su caminar apenas si delata la prótesis que sustituye a su pierna izquierda, segada por una bomba lapa colocada el pasado 19 de febrero por un terrorista invisible.