Solana espera que las reformas de Arafat sean la base del Estado palestino
El coordinador de la política exterior de la Unión Europea, Javier Solana, lanzó ayer desde Ramala, tras entrevistarse con el presidente palestino, un mensaje de apoyo al proceso de reformas iniciado por Yasir Arafat, con la esperanza de que estos cambios 'se conviertan en los cimientos de las estructuras fundamentales del nuevo Estado de Palestina'.
Este apoyo de Solana se produce en un momento crítico, cuando Arafat ultima los detalles de reestructuración de su Gabinete, en el que el número de ministros será reducido de 32 a 28, y cuando cierra el programa de remodelación de las fuerzas de seguridad, que quedarán unificadas bajo un Ministerio del Interior, que dependerá de la presidencia.
El mensaje de solidaridad de Solana, explicitado ayer en nombre de la Unión Europea desde Ramala, supone un enfrentamiento con la actitud del Gobierno israelí, que acoge con escepticismo las reformas de Arafat, tal como dijo ayer el general Amos Gilad, al insistir en que 'las reformas no tienen ningún valor si las efectúa el presidente', reiterando el mensaje del Ejecutivo israelí, que defiende la necesidad de apartar a Arafat de la cúpula del poder palestino.
Solana se reunirá mañana con el ministro de Exteriores israelí, Simón Peres; el de Defensa, Benjamín Ben Eleizer, y con el primer ministro, Ariel Sharon. El objetivo de estas reuniones es, según palabras de Solana, 'impulsar el proceso político para acabar así con el sufrimiento del pueblo palestino'.
Sin embargo, el Ejército israelí continuó ayer con sus incursiones relámpago en los territorios autónomos palestinos. Los soldados han irrumpido en las últimas horas, y por enésima ocasión desde que se iniciara la Intifada, en las localidades cisjordanas de Belén y Tulkarem, donde impusieron el toque de queda y llevaron a cabo redadas buscando a los miembros de apoyo a los comandos suicidas. Más de un centenar de supuestos activistas palestinos fueron detenidos en ambas localidades, especialmente en el campo de refugiados de Deheisheh, de donde salieron los tres últimos suicidas que cometieron atentados en Israel.
