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ELECCIONES EN ARGELIA

El FLN se perfila como el vencedor de las elecciones en Argelia

Las formaciones islamistas moderadas lograrán un tercio de los sufragios

Como ha sucedido a veces en los países del Este, en Argelia el antiguo partido único, el Frente de Liberación Nacional (FLN), se dispone a ganar las elecciones legislativas de mañana tras una corta travesía del desierto, pero la consulta de la que saldrá triunfador está enmarcada en una fuerte polémica. También saldrán, probablemente, bien librados de los comicios tres pequeños partidos islamistas muy moderados que no entorpecen la labor del presidente Abdelaziz Buteflika. Aunque el vencedor de los comicios puede ser el partido del abstencionismo.

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Fundado en 1956, el FLN es el partido de la independencia que monopolizó el poder durante 30 años, hasta la interrupción hace una década del proceso electoral que hubiese dado la victoria al Frente Islámico de Salvación (FIS), ilegalizado y disuelto. En 1997, en las primeras legislativas después de aquel golpe militar, el FLN fue derrotado por el Reagrupamiento Nacional Democrático (RND), un partido 'nacido con bigotes', ironizan los argelinos para subrayar el sospechoso éxito de una formación recién creada y que se presentaba por primera vez.

El jefe del gabinete de Buteflika, el general Larbi Belkheir, ha repetido por activa y por pasiva que los comicios de mañana serán 'libres' y 'no se parecerán a los de 1997'. Reconocía así implícitamente que, como denuncia la oposición, hubo fraude hace cinco años. Los adversarios del presidente dan por descontado que lo volverá a haber mañana.

Los sondeos otorgan ahora al viejo FLN, en cuya candidatura figuran por primera vez numerosas mujeres, el 37% de los sufragios. Si se suman los votos de tres pequeños partidos, el Movimiento para la Sociedad Pacífica, Ennahda y El Islah, todos ellos de inspiración islamista, superan el 30%. 'Ninguno de los tres es auténticamente islamista', afirma Ali Bahmane, editorialista del diario El Watan. 'Para ellos el islamismo es más bien una etiqueta con la que intentar cosechar votos', añade. El troskista Partido de los Trabajadores, el único que encabeza una mujer, Luiza Hanune, rondaría, por último, el 3%.

Varias formaciones, muchas de ellas con fuerte implantación en la región rebelde de Cabilia, preconizan el boicoteo de los comicios. Otras cuantas ni siquiera han tenido esa opción porque no han sido autorizadas. Es el caso del partido fundado por el ex jefe de Gobierno liberal Ahmed Gozali o por el ex ministro Ahmed Taleb Ibrahimi. Wafa, la formación que intentó legalizar, fue descrita por el ministro del Interior, Yazid Zerhuni, como 'una reconstitución de un partido disuelto', en una clara alusión al FIS.

Desde el lugar donde está encarcelado, Alí Benhadj, el que fue número dos del FIS, ha dado a su manera la razón al ministro del Interior. En una carta enviada a Buteflika describe a Wafa como un 'partido representativo del pueblo' y se queja de que no pueda concurrir. 'Estas elecciones', le dice al presidente en su misiva publicada ayer por Le Quotidien d'Oran, 'no van a cambiar nada porque, según reconoce usted mismo, la justicia está enferma y sin justicia el fraude puede adquirir numerosas formas'. Con el FIS prohibido y Wafa sin legalizar, esa cuarta parte de los argelinos que en 1991 se pronunció por un islamismo radical siguen huérfanos en estas elecciones.

El primer ministro argelino y presidente del FLN, Ali Benflis, durante un acto electoral en Batna, al este de Argel.
El primer ministro argelino y presidente del FLN, Ali Benflis, durante un acto electoral en Batna, al este de Argel.AP

160 muertos en la campaña electoral

A su manera, los islamistas radicales argelinos hacen campaña en vísperas de las legislativas. Desde principios de mayo, más de 160 personas, un tercio de ellas militares, han sido víctimas de la violencia que practican dos grupos armados integristas. A lo largo de los cinco primeros meses del año los muertos se elevan a 580. Las únicas cifras disponibles son las que da la prensa independiente, pero sus estimaciones no son del todo coincidentes. El Gobierno sólo insiste en que la violencia es 'residual'. Su intensidad es, desde luego, mucho menor que a mediados de la década pasada. 'Aquí ha llegado a haber hasta 45.000 combatientes islamistas en 1994 y ahora no creo que lleguen a los 500', afirma Ali Bahmane, editorialista del diario El Watan. Las grandes ciudades están controladas aunque el fin de semana un policía fue tiroteado en el centro de Argel. Los barbudos armados operan en los suburbios alejados y las vías de comunicación, sobre todo en zonas montañosas. Pese a la seguridad urbana recuperada, los periodistas extranjeros que han acudido a cubrir las elecciones de mañana sólo pueden desplazarse escoltados. Los objetivos de los integristas armados también han cambiado. Antes golpeaban de forma indiscriminada. Aunque debilitado, el Grupo Islámico Armado (GIA) sigue actuando de la misma manera bajo la dirección de su nuevo jefe, Rachid Abu Turab. No sucede lo mismo con el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate de Hassan Hattab, al que se le atribuyen fuertes vínculos con Osama Bin Laden. Extorsiona a todo el mundo pero sólo asesina a policías y militares.

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