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Reportaje:

Muerte y resurrección de Napster

Bertelsmann compra la web, que lleva paralizada casi un año

Patricia Fernández de Lis

Bertelsmann ha decidido gastarse un total de 105 millones de euros en Napster, el popular sitio web de intercambio musical gratuito que llegaron a utilizar 70 millones de personas. Bertelsmann dice que compra una gran marca para utilizarla en la descarga 'legal' de música, pero los analistas creen que es complicado que lo logre. Napster lleva muerta casi un año, paralizada por sus problemas judiciales y por un equipo gestor que no ha sabido transformar la aplicación más popular de Internet en negocio.

En marzo de 2001, el 23,5% de los internautas españoles usaba Napster. Ahora, el 13,5% visita competidoras como Audiogalaxy
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Una simple nota informaba, el pasado 17 de mayo, de que Bertelsmann, el gigante alemán de medios, había decidido pagar 8,9 millones de euros a los acreedores de Napster a cambio de quedarse con sus activos. Esta inversión, que se une a los 94 millones de euros que ya gastó la compañía en octubre de 2000, pone en manos de Bertelsmann el sitio más popular de la historia de la música por Internet. Acaba también con una rebelión interna que, dos días antes, había llevado a 70 empleados y a su director general, Konrad Hilbers, a dimitir, debido a la aparente falta de apoyo de la multinacional. Entre los dimitidos que han vuelto a Napster está Shawn Fanning, el joven que puso en marcha este servicio hace casi tres años aunque, por todo lo ocurrido, parece que haya transcurrido mucho más tiempo.

Fanning diseñó Napster cuando sólo tenía 19 años. Era un sistema simple y rápido que ponía en contacto a un usuario que buscara una canción con otro usuario que la tuviera grabada en su PC. Era similar al clásico intercambio de música entre amigos ('te dejo esta cinta virgen para que me grabes el disco'), pero pronto alcanzó dimensiones planetarias. Su uso crecía un 500% cada tres meses, y en 1999 era ya la aplicación más popular de todo Internet, con decenas de millones de usuarios. Fue entonces cuando el tío de Fanning, John, vio una enorme posibilidad para un negocio, invirtió dinero en el proyecto y comenzó a promocionarlo.

En diciembre de 1999, la asociación de discográficas de EE UU, muy preocupada por la popularidad de Napster, puso una demanda en los tribunales por violación de la propiedad intelectual. Era un caso complejo, ya que, desde un punto de vista estricto, Napster no almacenaba las canciones, sólo ofrecía un medio para intercambiarlas. Además, lo hacía sin cobrar un dólar. Los responsables de Napster, con Shawn Fanning a la cabeza, montaron una campaña empujando a sus usuarios a seguir utilizando sus servicios y 'luchar por la libertad'. El número de fieles crecía, hasta los 70 millones, un número nunca visto en ninguna otra aplicación en Internet.

Fue entonces cuando se intentó convertir Napster en un gran negocio. El fondo de capital riesgo Hummer Winblad Venture invertía, en mayo de 2000, 15 millones de dólares en el proyecto, y nombraba a su propio gestor. En octubre, Bertelsmann, propietaria del sello BMG, realizaba su propia inversión. Y en ese momento comenzó el declive. Napster se vació. La justicia decretaba el cierre de la web, los accionistas se peleaban -John Fanning ha demandado a Bertelsmann para conseguir el despido de dos de los miembros del Consejo de Administración-, mientras la nueva versión de pago nunca llegaba. Los fieles comenzaron a emigrar a otros sitios de intercambio gratuito como Kazaa, Audiogalaxy o Morpheus. En marzo de 2001, el 23,5% de los internautas españoles usaba Napster. Ahora, el 13,5% intercambia su música en webs como Audiogalaxy y Satellite, según NetValue.

La nueva inversión de Bertelsmann trae, aparentemente, la paz al Consejo de la compañía, que pretende lanzar, ahora sí, su versión de pago. 'Es una buena compra', opina Mark Mulligan, analista de Jupiter MMXI. 'Napster es aún una gran marca, y puede ser un atajo para Bertelsmann si quiere vender su música online'. Mulligan sí cree, en todo caso, que las discográficas deben ir más allá, ya que el resto de las webs alegales sigue creciendo mientras la industria intenta 'proteger su negocio tradicional'.

La web de Napster, que hace sólo un año hervía de actividad, es ahora lenta, y está vacía.

Los mánagers critican a la industria

El seminario La defensa de la propiedad intelectual en Unión Europea celebrado en Madrid el jueves y el viernes pasados definió la piratería como un 'cáncer' y una 'epidemia' que envuelve a la UE. Durante el seminario se escucho unclamor general reclamando un endurecimiento de la normativa para combatir un delito que supone entre el 7% y el 8% del comercio mundial y destruye de 100.000 empleos. La Asociación de Representantes Técnicos del Espectáculo (ARTE), que forma parte de la Mesa Antipiratería española para combatir la reproducción ilegal de música, publicó una ponencia crítica contra la industria que incluye algunas matizaciones como ésta: 'En la presentación de la Mesa Antipiratería se enfatizó que ésta había producido unas pérdidas de 130.000 millones de pesetas en el año 2001, cuando lo lógico sería haber dicho que presuntamente se habría dejado de ingresar'. La ponencia lamenta que 'nunca se hace mención a la parte de culpabilidad que tienen los máximos directivos y responsables de la industria musical'. En su opinión 'la industria siempre ha estado de espaldas a los consumidores. Implantó los CD's obligando al público y al comercio a olvidarse de los vinilos. El CD, mucho más barato que el LP, se encareció, y esta subida tampoco favoreció a los autores o a los intérpretes' ARTE sugiere que la piratería también se debe combatir 'abaratando el precio de los CD's'.

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Sobre la firma

Patricia Fernández de Lis
Es redactora jefa de 'Materia', la sección de Ciencia de EL PAÍS, de Tecnología y de Salud. Trabajó diez años como redactora de economía y tecnología en EL PAÍS antes de fundar el diario 'Público' y, en 2012, creó la web de noticias de ciencia 'Materia'. Los fines de semana colabora con RNE y escribe, cuando puede, de ciencia y tecnología.

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